En los últimos años, el boom de las inteligencias artificiales ha traído miles de incertidumbres a los profesionales de la salud. ¿Reemplazarán nuestro trabajo? ¿Las máquinas harán todo por nosotros? ¿Nos volveremos inútiles? La respuesta a la que se ha llegado tras tiempo de estudio es que no. Si bien las IAs tienen grandes alcances, no logran cubrir todas las capacidades intelectuales que puede desarrollar el ser humano. Sabiendo esto, el foco actual debe ser explotar al máximo lo que sí pueden hacer.
Cada vez es más común el uso de inteligencias por estudiantes. Estas pueden proporcionar respuestas prácticamente inmediatas, corrigen la ortografía, generan imágenes, realizan cálculos, te pueden explicar lo que les preguntes de distintas formas y muchas cosas más. Todo esto, en el ámbito de la educación, es una increíble ayuda para el proceso de aprendizaje, haciéndolo mucho más rápido y simple, existe un estudio el cual puso a prueba a alumnos frente a un aprendizaje con la ayuda de inteligencias artificiales en la Universidad de Extremadura, España. Obtuvieron una percepción de mejora en el aprendizaje por parte de los sujetos gracias a la ayuda de los recursos entregados.
Los estudiantes y profesionales de la salud invierten gran parte de su tiempo en el aprendizaje. Deben estar constantemente actualizándose sobre nuevas formas de tratar distintas enfermedades, la mejor opción, lo más óptimo, etc. Por esto mismo, el uso de inteligencias artificiales en su educación sería un gran aporte en su proceso de formación.
Como estudiante del área de la salud, un problema que le veo a esto es que, en la mayoría de los casos, las IAs de acceso libre obtienen información de páginas web y libros disponibles para todo el público, que, aunque en general tienen información correcta, suele ser más fiable aquella información que encontramos en libros de medicina y ciencias, los cuales no tienen acceso liberado para todo el mundo. Esto lleva a tres opciones para los estudiantes: confiarse de la información de la inteligencia y terminar antes, buscar la información en libros y tomar más tiempo, o utilizar ambos recursos y tomar mucho más tiempo. Esta última es la mejor opción en cuanto a educación, pero no soluciona el problema de agilizar el proceso de aprendizaje.
El desarrollo actual de las IAs está al máximo. Dentro de este, se podría implementar una inteligencia que tenga como base de datos los distintos libros de medicina y ciencias de acceso limitado para el público. Esto sería un gran apoyo de estudio para aquellos que necesitan impulsar su proceso educativo, aunque considerando la gran cantidad de recursos necesarios, probablemente sea una inteligencia artificial de pago. Esto podría ser un problema para algunos, pero seguirá cumpliendo su objetivo. También hoy en día se están desarrollando inteligencias que pueden crear imágenes o videos, las cuales son un gran aporte de la misma manera que las otras. Por ejemplo, a un estudiante previo a su internado le sería útil saber cómo se ve una cirugía, o a un profesor enseñarles a sus alumnos cómo realizar un procedimiento, qué hacer en ciertas situaciones, cómo se ve, dónde, todo el proceso de enseñanza que solo con videos de cirugías e imaginación por parte de los estudiantes podría ser simplificado en una inteligencia que recreara la situación y siguiera las órdenes del usuario para ser modificada cuando fuera necesario.
Las inteligencias artificiales están teniendo un gran impacto en el área de la salud.
De aquí a unos años, tendremos desarrollos de estas que ni podemos imaginar. Hoy, nuestro deber es aprovechar el potencial de estas y hacerlas parte de nuestro proceso educativo.
1.
La Inteligencia Artificial como
recurso educativo durante la formación inicial del profesorado.
https://www.redalyc.org/journal/3314/331470794017/331470794017.pdf
2. Usos y efectos de la inteligencia artificial en educación. https://www.redalyc.org/journal/3314/331470794017/331470794017.pdf
Autor: Gabriel Vera Quezada |