Revista Libros

Intemperie

Publicado el 18 septiembre 2013 por Earendilion
Intemperie Sorpresón. Había oído hablar de Intemperie, de Jesús Carrasco, pero principalmente en los medios, nunca a un aficionado, y por ello, era reticente a creer en las buenas críticas que acompañaban a la novela pero, en esta ocasión, he de decir que me ha encantado. No puedo sino alabar esta novela y a su debutante autor.
Un niño se ha escapado de casa y se esconde en un agujero en la tierra yerma. Acurrucado como un gazapo, sin comida ni bebida, permanece durante horas escondido de la cuadrilla que el alguacil ha preparado para buscarlo.Cuando por fin sale del pequeño zulo, se encuentra con un viejo pastor que, sin preguntas, lo acepta como pequeño aprendiz. Juntos vivirán días duros en la seca tierra, pero su compañía aliviará a ambos, hasta que un día... el alguacil da con ellos.
Se ha comparado a Jesús Carrasco con Faulkner y McCarthy. Son palabras mayores para mi gusto, pero no es difícil, a posteriori, hacer estas comparaciones si nos arañemos al propio ámbito de la novela, más que al estilo.Una novela dura, donde el paisaje se cierne cruel y descarnado bajo un sol abrasador que lacera cuanto toca; con personajes secos, firmes y duros acorde con el terreno y el modo de vida que les toca en suerte.Una ambientación que recuerda la crudeza de Yoknapatawpha de Faulkner y lo inhóspito del Texas de McCarthy al tiempo que resulta imposible no establecer una relación muy próxima entre el alguacil de Carraso y el Juez Holden de McCarthy.No se puede negar que Carrasco escribe con pasión, y que sus palabras llegan de lleno a calar hondo, pues emplea un lenguaje directo pero cuidado. Como el terreno que pisan los protagonistas, es un lenguaje escueto y conciso pero de gran precisión, economizando las palabras de tal modo que no sobra ni una, como no sobra el agua en el yermo.IntemperieEl autor consigue insuflar vida propia a los personajes y si bien abusa del signo que delata el pavor que siente el niño por el alguacil, consigue hacerlos sumamente creíbles y asentarlos con contundencia en el terreno, de tal modo que tanto por si mismos, como por sus hechos, perviven en el recuerdo durante algún tiempo.En realidad nos encontramos ante una novela iniciática. Una novela que nos ofrece el rito de paso a la madurez en las condiciones más inhóspitas, bajo un sustrato social malsano y con la única ayuda de un pastor solitario que prefiere los animales a los hombres. Un muchacho con capacidad extra (como todos los de su edad) para enfadarse y creerse superior; y un anciano pastor que, a su modo, duro y seco, le tenderá la mano para crecer mentalmente.Pero si hay que hablar de algún personaje realmente creíble, este es, sin lugar a dudas, el terreno. el yermo desolado, estéril y abrasador que el Carrasco nos presenta con su narración certera, ofrece la mayor capacidad para meternos en la novela, y resulta muy sencillo sentir el sofocante calor que emana de los cantos rodados expuestos al sol; la oscuridad ciega de una noche al raso; o la certeza de una muerte seca bajo un sol de justicia sin agua que llevar al gaznate.
Una novela de clara denuncia a los abusos en la infancia y a sus repercusiones pero con un fuerte sentimiento de justicia y amor soterrado que finalmente prevalece.
Tan sólo un pero antes de despedirme: el avance de las escenas resulta previsible en su mayor parte, pero no por ello se resta ni un ápice de calidad.
Para mi gusto, y aunque se le puedan sacar muchas comparaciones, una gran novela.

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