En un mundo sin héroes, las organizaciones de carácter militar como ARGUS pueden marcar la diferencia. Sin embargo, cuando esta entidad sufre un duro revés que casi acaba con su existencia, la responsabilidad de salvar la Tierra recaerá en un único hombre: Steve Trevor. Él es conocido por haber sido amante de Wonder Woman y por formar parte de ARGUS y de la Liga de la Justicia de América.
Ahora ha llegado el momento de demostrar que es mucho más que un héroe intentando rescatar a sus camaradas a la vez que se enfrenta a todo tipo de villanos. El guionista Sterling Gates (Supergirl, Green Lantern Corps) y el dibujante Neil Edwards no se lo van a poner nada fácil.
Porque destacar en un mundode superhéroes no es nada fácil
No son simpáticos y puede que sean una de las organizaciones peor valoradas por los lectores del nuevo Universo DC, pero es cierto que Argus siempre está ahí, para bien o para mal, como cortafuegos inicial a intentos de invasión y demás amenazas superpoderosas… vale, suelen ser muy poco sociales e incluso llegan a socavar en cada cosa que hacen los derechos humanos (si es que los tipos en ropa interior por fuera pueden ser considerados humanos), pero ellos siempre están por ahí, ayudando en lo posible y demostrando que los humanos, si se lo proponen, son capaces incluso de retener a Superman (bueno, si él se deja, claro).
Parece que en un mundo repleto de superpoderes las agencias gubernamentales de seguridad tienen muy poco qué decir, pero con estos de Argus se demuestra que no todo es así, que somos mucho más que poderes y habilidades… y cuando todo está complicado a más no poder (como ocurre en la saga omnipresente en los últimos tiempos, Maldad Eterna) un hombre (vale, acompañado de alguien con poderes a poder ser) intentará superar cualquier dificultad y cualquier meta imposible para intentar salvar el mundo… o lo que quede de él.
En este tomo de Argus nos encontramos con los primeros seis números de esta cabecera, recopilados por ECC con lo que suele traernos siempre, definición de personajes, biografías de los autores y detallitos varios para que disfrutemos más de todo lo que pasa. Cierto que no es un cómic imprescindible y que, puede (o eso me parece a mí), que no sea el tebeo más divertido de todos los que conforman el macro-evento Maldad Eterna, puede que no sea demasiado necesario leerlo para saber qué pasa y cómo pasa, pero sí que ayuda a seguir conformando los 360º que se necesitan para hacer y tejer una historia completa.
El dibujo tampoco es de los que más me gustan (mal acostumbrado que se dice que estoy), pero es sumamente bueno, especialmente en el “momento bosque” (no, no os digo más, tenéis que leer) y hace lo mismo que hacía con los villanos de Flash en su propio tomo, toma algunos personajes aparentemente segundones y les da una oportunidad de convertirse en titulares y protagonistas, una vez más, los villanos tendrán que sacarnos las castañas del fuego, aunque sea amenazados o reclutados por una organización dura y casi de actuaciones que están cerca de ser ilegales… cuando no lo son directamente.
Conoceremos más los entresijos de esta organización, veremos al mismísimo Obama dibujado, sabremos que este grupo es mucho más antiguo de lo que sospechábamos… en fin, que para saber mucho más de DC sí que viene muy bien esta lectura.
Un buen cómic para no perderse ninguno de los hilos de una de las tramas más emocionantes de los últimos tiempos.
Si quieres saber más...