Una vez dije, y quizá fue solo por exagerar, que conocía a Madrid tan bien como conozco a Caracas. No es cierto, pero esta ciudad me permite sentirme cómoda para entenderla sin prisas. La primera vez que vine era marzo de 2011, y desde entonces siempre he aterrizado en ella en esa transición del invierno a la primavera; algo que hace que los madrileños se sientan agradecidos por el sol, pero contentos con el frío que todavía queda y deja el ambiente mucho más agradable para andar por ahí. De ese viaje, escribí estos 10 placeres sencillos para disfrutar la ciudad y ahora, que ya la he visto muchas veces más, sé que diez son muy pocos y que cada quien hace de Madrid -y de todos los lugares que se conozcan- un refugio particular.
Yo intentaré contarles mi Madrid y lo haré por separado, como quien hace una guía mientras va sorteando anécdotas. Como si nos sentáramos a tomar un café (o un té, un vino, una cerveza, porque yo no tomo café) y les cuento qué tal va todo. Quizá así podamos seguir conociendo la ciudad y sus vericuetos. Podemos hacer un viaje muy certero de esta guía tan informal.
Escribo esto desde Barcelona. Llegué a Madrid hace poco más de dos semanas, pero ya me he alejado de ella. Es marzo, es primavera, pero ha nevado y hace más frío del usual en ambas ciudades. Me parece bien tomar nota de eso.
Ir de allá para acá. Creo que es la primera vez que siento que gasto tanto en transporte. A ver, hay una manera fácil de conocer Madrid: compras una tarjeta de estas que te permiten entrar a muchos sitios turísticos y usar el transporte de manera ilimitada por un máximo de tres días. Inviertes una vez, te mueves, vas a donde va todo el mundo, pero está bien... conoces lo que hay que conocer. Solo que yo nunca elijo esa opción y eso también está bien. Entonces, me toca pagar mi transporte y lo mejor es comprar de estos tickets integrados que tienen 10 viajes para usar en metro y autobuses, sin importar la distancia (12€) y de esos hay varios, dependiendo si usan el tren de cercanías o el metro ligero. Por eso, les recomiendo revisar el plano de las vías posibles desde donde estén para saber cuál elegir y se van a ahorrar un dinerito, tomando en cuenta que lo mínimo de un pasaje son 1,50€ así que funciona. Pero les decía, creo que es la primera vez que siento que gasto tanto en transporte y quizá es porque estaba hacia las afueras de Madrid o porque salí mucho por ahí, no sé. Lo bueno es que la ciudad está conectada por todos lados y siempre será un buen plan llegar a un sitio y caminar mucho, perderse por calles, entrar a otras y, cuando no quede más remedio, subir al metro, o el autobús o el tren. Si les pasa como a mí, que la madrugada me sorprendía caminando, pues, no pasa nada: van hasta la Plaza Cibeles (estación Banco de España) y toman el bus nocturno a dónde sea que tengan que ir y pagan con el mismo tickecito. En poco más de dos semanas en Madrid, compré dos tickets integrados, pero aún me quedan seis viajes que usaré a la vuelta, porque otra cosa buena que tienen es que no se vencen.
El asunto de dormir. Hay un pensamiento que me perseguía mientras caminaba por la Gran Vía, leyendo los anuncios de los hostales: "qué ruidoso y caro debe ser quedarse por aquí". Si me tocara elegir un hostal, me iría a las zonas más tranquilas. Pero bueno, eso no solo aplica a Madrid, sino a cualquier ciudad, así que no estoy descubriendo el agua tibia. Tengo la fortuna de tener amigos en Madrid, así que me quedo con ellos y ahorro muchísimo en hospedaje (para pagarlo en transporte, supongo) Ya antes he contado sobre maneras de conseguir opciones dónde dormir que sean buenas, bonitas y baratas, pero si aún quieren explorar otros terrenos como, por ejemplo, alquilar apartamentos a buen precio, también pueden chequear Hundredrooms y comparar precios para tomar una mejor decisión. Esto es muy práctico, sobre todo, si van por largas temporadas, pero está claro que también funciona para estancias más cortas y muchísimo más si van a compartir el gasto con dos o tres personas más. Creo que una de las cosas más importantes en este asunto de dormir es la flexibilidad: si te adaptas a dormir donde te pongan, tienes gran parte del viaje ganado.
Pero qué voy a comer. De todo. Madrid tiene una oferta gastronómica increíble y a buenos precios. Es posible desayunar una tostada con tomate y una infusión por 2€ o comprar tres croissant de mantequilla por 1,50€, o un plato de pollo y vegetales chinos por 3,50€, o una tapa muy española por 4,50€ o menos. Lo que quiero decir es que pueden tener muchas opciones y gastar muy poco. Además, cuando pides una caña, un vino, cualquier bebida, te colocan siempre tapas generosas para acompañar y sin costo alguno (cosa que no sucede en Barcelona). Así que algo van a probar y, según su presupuesto, pueden ir aumentando en gasto. Comer es delicioso, así que permítanselo.
A dónde voy. A los sitios que te permita la curiosidad. He caminado mucho a Madrid, me encantan sus árboles, las nubes, sus calles de nombres largos y sonoros. Ya la he contado antes muchas veces y no quiero redundar, pero aún así me faltaba detenerme en alguno de estos detalles:
PARÉNTESIS. Volé a Madrid desde Valencia, haciendo escala en Panamá y Miami antes de llegar. Si somos flexibles en las fechas de vuelos, escalas y sitios desde los que podemos salir, el precio puede resultar mucho más económico. Un boleto Caracas-Madrid-Caracas estaba por el orden del 998$ al momento de hacer la compra, pero haciendo este periplo Valencia-Panamá-Miami-Madrid (e igual de vuelta) el costo fue de 714$ aproximadamente. Cada centavo cuenta.
PUNTO Y APARTE. Con este texto no intento hacer una guía de Madrid, porque quedaría escueta, ausente de datos. Solo intento mostrarles lo que veo mientras la camino. Durante estas dos semanas en la ciudad, lo que hice fue quedar con amigos, perderme en conversaciones, cantar, trasnocharme, dormir a deshoras y ver con otros ojos muchas de las calles que recordaba. Cada quien va por ahí descubriendo las ciudades como puede.