Revista Historia

Intercambio de mercancías entre la antigua Roma y los Seres.

Por Gladiatrix @gladiatrix60
Intercambio de mercancías entre la antigua Roma y los Seres.© Habilidades de Historia Los romanos se referían a los chinos como los "Seres", el pueblo de la seda, nombre que subrayaba la asociación principal de China con la producción de seda.Autores romanos como Plinio el Viejo, Ptolomeo y Floro escribieron sobre los Seres, describiéndolos como un pueblo pacífico y solitario, que vivía en el borde del mundo conocido.Los chinos, a su vez, se referían a los romanos como "Daqin", un término que transmitía nociones de grandeza y riqueza, indicativo de la percepción china de Roma como una nación poderosa y sofisticada en Occidente.Textos chinos como el "Weilüe" y el "Hou Hanshu" proporcionaron descripciones detalladas del Imperio Romano, su geografía, estructura política y costumbres, aunque a menudo estaban intercaladas con inexactitudes y exageraciones.

Intercambio de mercancías

La Ruta de la Seda no era una ruta única, era un conjunto de rutas interconectadas que facilitaban el intercambio de bienes, ideas y personas entre continentes.El intercambio de mercancías entre la antigua Roma y la antigua China fue el alma de la Ruta de la Seda, impulsando la prosperidad económica y fomentando el enriquecimiento cultural a lo largo de su extensa red.Intercambio de mercancías entre la antigua Roma y los Seres.

El atractivo de los productos exóticos y la promesa de riqueza impulsaron a comerciantes, y aventureros, a embarcarse en arduos viajes a través de desiertos, montañas y estepas, salvando la distancia entre Oriente y Occidente.

La seda china, el producto homónimo y más codiciado de la Ruta de la Seda, ocupaba un lugar especial en la sociedad romana. Su rareza, textura lujosa y tintes vibrantes cautivaron a la élite romana, convirtiéndolo en un símbolo de estatus y riqueza.

El deseo romano por la seda era insaciable y se convirtió en un elemento básico de los guardarropas de emperadores y senadores, adornando los pasillos de los palacios y los altares de los templos.

La importación de seda tuvo un impacto significativo en la economía romana, dando lugar a discusiones y debates entre escritores contemporáneos sobre la salida de metales preciosos, particularmente oro y plata, hacia Oriente a cambio de este preciado tejido.

El historiador romano Plinio el Viejo lamentó la salida de oro y plata hacia Oriente a cambio de artículos de lujo, lo que generó debates sobre las implicaciones económicas de dicho comercio.Entre los alimentos, importados desde china,  destacaba la sal negra, el jengibre, la pimienta, las barras de azúcar (posiblemente la caña de azúcar) e incluso arroz. Esto último está atestiguado gracias a los restos de arroz en forma de semillas y cáscaras que se han descubierto en Berenice (Egipto). Tambiénse comerciaba con objetos preciosos como jades, gemas, oro, plata, ámbar, alabastro, amatistas, ágatas, cinabrio, jaspe, coral, lozas egipcias, estatuillas de bronce, vidrio chino de diferentes colores (liuli).A demás de la seda, se comerciaba con  alfombras y bordados de oro, damascos, textiles con motivos occidentales, gasas y baldaquinos. Pero también están atestiguados los perfumes y hierbas que se comerciaban, estaban el acónito blanco, el incienso, cúrcuma y plantas aromáticas.Por el contrario, el Imperio Romano exportó una variedad de bienes a Oriente, enriqueciendo los mercados de la dinastía Han y más allá.Animales y sus productos con los que se comercia incluía perlas, marfil, cauries grandes, caparazones de tortuga, plumas de Martín pescador, caballos de Siria y Arabia, elefantes, osos de Hispania y Numidia, rinocerontes africanos, comadrejas y mangostas. Aunque el transporte de osos y rinocerontes no está muy claro que se hiciera, y que más bien hace referencia a las partes que interesaban para su comercio.

Intercambio de mercancías entre la antigua Roma y los Seres.
Mujeres de la dinastía Song inspeccionando un rollo de seda. Siglo XII d.C. Pintado sobre seda. (Museo de Bellas Artes, Boston, EE. UU.)


La cristalería romana, famosa por su claridad y artesanía, era muy apreciada en China, donde a menudo era enterrada con la élite como símbolo de estatus. Los metales preciosos, incluidos el oro y la plata, se intercambiaban por lujos orientales, lo que contribuía a la circulación de la riqueza y al desarrollo de la acuñación de monedas en la región. El vino, un elemento básico de la cultura romana, se introdujo en Oriente, donde fue adoptado como una bebida exótica y prestigiosa.Los romanos se maravillaban ante la belleza y finura de la seda china, que a menudo se creía que estaba tejida con las nubes o el rocío de la mañana.Los chinos, por su parte, estaban intrigados por la cristalería romana, que consideraban una forma de jade precioso, atribuyéndole propiedades místicas.
Los académicos debaten la magnitud de este desequilibrio comercial y sus efectos en las economías de Roma y China. La escasez de datos cuantitativos y la naturaleza diversa de las economías involucradas hacen difícil evaluar el verdadero alcance y significado del intercambio económico.Fuentes:Hoppál, K. (2011). “The Roman Empire According to the Ancient Chinese Sources”. Acta Antiqua, 51, pp. 263-306.

Estrabón (2015). Geografía. Libros XV-XVII. García Alonso, J.L.; Hoz García-Bellido, Mª Paz de; Torallas Tovar, S. (trads.). Biblioteca Clásica Gredos, Madrid.

El comercio entre China y Roma a través de la Ruta de la Seda durante el Principado. Gladius et stius.

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