Revista Economía

Intereconomía, devuélveme a mi familia

Publicado el 02 agosto 2010 por Pablowski

Hoy vengo enfadado. Tradicionalmente, en mi familia han habido todo tipo de ideologías políticas. Incluso hay afiliados de PP, PSOE e incluso de la UCD cuando existía. Mi familia no es de esas de “en la mesa, ni política ni religión”. Estos temas siempre han dado lugar a sanos debates que se alargaban hasta la sobremesa. Todo esto ya parece ya casi una cosa del pasado desde la llegada de la TDT, y concretamente el canal que nos ocupa hoy, Intereconomía.

Intereconomía, devuélveme a mi familia

El equipo lobotomía en acción

Sirva este post como advertencia a todos aquellos que quieran conservar un mínimo de cordura en sus hogares. Voy a enumerar señales que, interpretadas a tiempo, pueden ser útiles. Tenga a mano el manual de su sintonizador TDT, es posible que tenga que ponerle contraseña a Intereconomía.

Señales

  • Insultos sin venir a cuento a Zapatero o a cualquier miembro del gobierno. No hablo de insultos leves, sino el tipo de insultos que proferirías si Zapatero en persona hubiera matado, violado y engullido a alguien cercano.
  • Boicot a Cataluña. Si, sé que este tema es anacrónico, pero algunos miembros de mi familia lo han convertido en una promesa (del tipo de promesa que haces en año nuevo, todo sea dicho: Que no la cumples ni a la de tres). Todo lo que venga de allí es malo. Le darán la vuelta a todo para que parezca una estratagema política de los catalanes contra España. Por ejemplo, una medida como la prohibición de las corridas no es otra cosa sino un ataque porque apesta a España, no porque es algo de sentido común el proteger los derechos de los animales.
  • ¡El aborto es asesinato! Da igual que cuestiones con argumentos científicos, desde la fecundación aquello siente, padece, piensa e incluso hace sudokus. Parece que la libertad de una mujer a hacer lo que quiera con su cuerpo no es importante. Además, ¡seguro que la juventud lo utiliza como anticonceptivo!
  • Coqueteos con las ideas de que con Franco se vivía mejor. A ver, que algunos de mi familia no pasaran hambre durante el Franquismo tardío (de los 60 en adelante) no es por obra divina del Chache Paco, sino porque mis abuelos es probable que las pasaran putas en la posguerra y trabajaran como -perdón por la expresión- cabrones para que no faltara de nada. Para poner la guinda, manda huevos tener que escuchar eso en una familia donde precisamente mis abuelos perdieron a casi toda su familia en la guerra.
  • Recitarán al dedillo frases sacadas de Intereconomía, pero nunca te lo reconocerán. Estas son fáciles de desmontar. Sólo hay que pillarlos lanzando algun argumento rimbombante y pedirles que profundicen un poco más en él. “Esto es lo que he visto y/o oído” te dirán. Fin de la argumentación.

Si sufres alguno de estos síntomas en tu familia, corre, rompe tu TDT, o corres el riesgo de ver cómo muere cualquier resquicio de pluralidad política en tu familia. Es demasiado tarde para mí, pero es probable que para ti no.

Notas finales

Quiero hacer una aclaración final, para dejar el relato bien contado. Estas “opiniones” suelen ser vertidas por una pequeña minoría de mi familia, pero ha tenido un efecto bálsamo horrible. Envenenan tanto el debate y dicen cada disparate que la mayoría prefiere callarse y dejarles seguir, para no entrar al trapo. Es eso lo que ha matado cualquier forma de debate. Me queda el consuelo de aún hay temas en los que estamos de acuerdo, como el matrimonio homosexual y muchos aspectos de la religión (De hecho, se tomaron hasta bien que yo apostatara).


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