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Publicado el 25 septiembre 2014 por Libretachatarra

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EL HOMBRE MÁS BUSCADO
data: http://www.imdb.com/title/tt1972571
“El hombre más buscado” (basada en una novela de John le Carré) es de la clase de historias de espionaje que no se centran en el enigma central, sino en el contexto. La historia principal (atrapar a un presunto terrorista checheno y a un sospechado benefactor de caridad islámica) no tiene particular relevancia. Su desarrollo es lineal, previsible por momentos. Pero lo principal no es esa historia, sino los personajes que orbitan alrededor de la trama, en un juego de traiciones encadenadas. Y sus historias tampoco se explicitan, sino que se sugieren. El espectador que decodifique esas relaciones, va a disfrutar y mucho con esta muy buena película. Pero el que vaya esperando una intriga, se verá decepcionado. No es la película clásica de espías; es un drama humano, alrededor de la lucha terrorista internacional.
“El hombre más buscado” se centra en la acción de Gunther Bachmann, titular de una subterránea agencia de inteligencia alemana que opera en Hamburgo. La ciudad alemana tiene una mancha difícil de borrar en el mundillo del espionaje: allí residía el cerebro del atentado de las Torres Gemelas. Y las distintas agencias de inteligencia, en perpetua disputa, se comieron su accionar.
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Parece no haber cambiado mucho. En esta trama, las agencias siguen pisándose los callos unos a otros y, en medio de ese festival de egos, Gunther intenta atrapar a un líder de beneficencia islámico de quien se sospecha que desvía fondos de caridad para Al-Qaeda. Gunther trama un juego de ajedrez, no para atrapar al líder, sino para cooptarlo y tenerlo contralado. Y en ese juego, el peón es un presunto terrorista checheno que acaba de llegar clandestinamente a Hamburgo, escapando de las prisiones y torturas rusas.
La película es, básicamente, la descripción de este plan. La traición es el principal ingrediente. Aquí, hasta el desenlace, hay una traición sobre una traición sobre otra traición. Con la sensación final de que todo este juego sólo sirve para destruir vidas pero no suma absolutamente nada en términos de tornar más seguro al mundo.
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El director Anton Corbijn decide mostrar las fuertes necesidades dramáticas de los personajes, no a través de líneas de guión, sino de sugerencias. Las miradas, las palabras a medias dichas, proporcionan una pista. Para ello cuenta con un muy buen elenco en el que brilla la última presentación de Philip Seymour Hoffman, fundamental para este nivel de sutileza en la exposición del conflicto.
La otra clave la dan los interiores. Hay que llamar la atención de cómo las locaciones nos revelan información del mundo interior de los personajes. Oficinas frías y racionales, con delicado buen gusto en obra de arte; ministerios de pasillos futuristas, desiertos, carcelarios; el desorden de una biblioteca, una cama desordenada y un piano con una partitura de Bach; un hogar musulmán lujoso y tradicional. Cada locación nos habla del personaje más que lo que habla el personaje. Vale un ejemplo: el breve diálogo de Tommy Brue (Willem Dafoe) con su esposa, en una casa de amplios ventanales con firma de arquitecto top que se adivina en el borde del orillo, a la vera de un río. El parlamento nos sugiere que ese matrimonio está acabado. Y el ambiente nos ilumina de ese matrimonio por conveniencia: el banquero millonario con una elegante esposa que lo odia y no vacila en demostrarle su desinterés. Esa casa es una jaula de cristal. Y su sola visión nos da, de un vistazo, el cuadro completo del personaje.
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Hamburgo se ve en escenarios no for export, con un dejo de abandono que retrata no tanto la ciudad sino los oxidados aparatos de inteligencia heredados de la Guerra Fría. Son edificios de los ’60 con un toque de deterioro que señala que fueron pensados para perdurar y hoy apenas se acomodan a los tiempos. No hay nada más decadente que el esforzado perdurar de lo que fue glorioso.
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Así que recomendamos para los que quieran sumergirse en esta historia, estar pendiente a esos detalles, como a las miradas o los roces que los personajes realizan. Una mano tendida en el aire dice mucho más que un parlamento. Es un ejercicio delicado de hacer cine. Exige cierto esfuerzo, pero se disfruta.
Mañana, las mejores frases.

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