Cuando hablamos del mas puro sabor new yorkino (y sin decir de la comida) nos vamos a espacios con arraigo, de carácter urbano y estilo un tanto juvenil. Marcados por un toque industrial, interiores eclécticos con ese toque vintage y moderno en el que no faltan ni una pizca de estilo y obsesión por las piezas únicas.
Cada espacio, cada estancia, y seguro que alguna que otra pared de ladrillo, nos hacen ver que si… que estamos en Brooklyn.
Un lugar de tradiciones, de innovación, de arte y de aire cosmopolita. Sin duda, cuna de los espacios industriales, y el lugar perfecto para sentirse siempre joven.
Hoy nos trasladamos hasta allí, sin mas, para perdernos entre su estilo distinguido y alocado (hasta hay espacio para un reno) y en el que la esencia reinvented, se palpa en detalles como una lampara de astas, en dejar las instalaciones vistas, o en recuperar una puerta de acceso corredera, que bien parece una joya.
Nos gustara mas o menos… pero sin duda, no os dejara indiferentes.
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