Revista Cultura y Ocio
Si hay una escritora cuyas novelas son un acontecimiento, esa es Sally Rooney. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Intermezzo.
Conocemos a Iván y a Peter, hermanos. El primero es el menor, de 22 años, jugador de ajedrez y con un trabajo... bueno, un trabajo que palidece frente al éxito laboral de Peter como abogado. Pero lo que si tienen ambos en común, y ahí está la novela, es una vida personal desestructurada cuanto menos. El ajedrecista se acuesta con una mujer más casada de lo que dice, Margaret, y con un marido que no es precisamente maravilloso, mientras que Peter, que mantenía una relación con la mujer perfecta y se malogró tras sufrir ella un accidente, se acuesta con una chica muchísimo más joven que trapichea para sobrevivir pero todos vemos cómo se le va poniendo cara de prostituta o sin techo. No he contado que Ivan y Peter perdieron a su padre, que uno de ellos verá más a su madre mientras que el otro verá más a su perro, por distintas circunstancias, por supuesto. Ni tampoco que ambos compartirán algún que otro recuerdo, lo cual puede parecer normal dado que son hermanos, pero ni su relación ni su diferencia de edad hacía fácil que eso sucediera.
La novela trata, como todas las de la autora, de las relaciones. Las pasadas, con Sylvia y Peter, las que quizás sean, con Naomi. Las que se ocultan pero parecen sentar bien, con Ivan y Margaret. Y por supuesto, la existente entre los hermanos que el lector percibe como no demasiado buena debido a sus grandes diferencias que irán desde la edad hasta la forma en que la autora hace que se expresen cuando van alternando sus voces (si bien no son las únicas que aparecen en la novela). Una novela que utiliza el ajedrez como vía de expresión en algunos momentos, así que tranquilos si no sabéis jugar y habéis visto la ficha en la cubierta, llevándolo hasta el título. Porque la vida son momentos, y un intermezzo en el ajedrez es una maniobra que obliga al otro jugador a reaccionar, normalmente rompiéndole la secuencia de jugadas que tenía previstas. Algo así como un accidente. Como la vida misma.
Tengo que decir que hasta este momento no me había posicionado en el gran grupo de fans que tiene Rooney, pero Intermezzo me ha gustado. Mucho además. En algunos momentos incluso he podido oler Dublín.
Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?
Gracias.