Las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) insertaron cambios que reconfiguraron la vida de las personas
En el 2020, se cumplieron 30 años del nacimiento de la world wide web, tecnología que configura la red mundial de computadoras que hoy conocemos como internet.
Tim Berners-Lee
Desde entonces, las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) insertaron cambios políticos, económicos, sociales y culturales. Este proceso de transformación ha alcanzado diversos matices en la sociedad actual.
Los contenidos en la galaxia digital evolucionan, las temáticas son muy variadas y la red ofrece la posibilidad de informar, comunicar, comercializar e intercambiar información desde y hasta cualquier punto del planeta, en una carrera frenética por liberalizar el contacto y transformar, no sólo la interacción humana sino también reconfigurar todos los aspectos de la “vida”. Es por eso que hablar de internet es hablar de nosotros como seres humanos.
Esta relación que, a juicio de José Luis Fernández (2015:88-89), puede entenderse a partir de la consideración de al menos tres momentos clave:
- un primer momento fundacional, relacionado con la aparición de la “Sociedad de la información”, lo digital, la conectividad, y otros, todo escoltado por grandes volúmenes de información,
- un segundo momento de fascinación, enfocado en el descubrimiento del poder de las redes sociales, la interacción, la convergencia, la movilidad, el trabajo en red (networking), la web 2.0., la revolución digital y la hiperconexión.
- un tercer momento (reciente) de preocupación, de saber sobre dichos objetos que hace pocos años recién se estaban construyendo y presentando, y de las problemáticas socio-culturales. Un momento de autorreflexión en el que emerge con fuerza el debate por la intimidad/extimidad, la polémica por el uso de nuestros datos personales, la neutralidad de la red, los hacktivistas, las campañas de desinformación, la tolerancia, la convivencia, el bullying.
Y quizás, un cuarto momento que con el tiempo podremos analizar desde otra mirada, que es el actual, donde una pandemia pasó por nuestra historia e hizo “depender” de la tecnología para poder continuar con la vida laboral, educacional, social y mantenernos comunicados.
En los últimos años, la tecnología móvil fue la que permitió el ingreso de millones de personas al mundo interconectado. Así las redes sociales han cautivado a personas de todas las edades y geografías, los servicios de chat y videollamadas como Whatsapp o Messenger, han impulsado uno de los saltos tecnológicos más relevantes en la era digital con la expansión de internet móvil. El mundo incrementa su conectividad, encontrándonos con señal en plazas, calles, locales o moviéndonos por la ciudad, también las zonas rurales están siendo transformadas por la aparición de estas herramientas tecnológicas, aún cuando resta conectar a la mitad de la población mundial.
Junto a esto se presentan algunos desafíos que son analizados en foros mundiales tales como:
- Internet como eje de la sustentabilidad y sostenibilidad y su articulación con los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) de Naciones Unidas.
- Una economía digital en crecimiento.
- Los impactos en las formas de producir en la era digital, fenómeno conocido como la cuarta revolución industrial.
- La neutralidad de la red.
- El impulso de la internet de las cosas.
- El enorme desafío de la ciberseguridad.
- Los marcos regulatorios, que siguen sin contener muchos de los aspectos del mundo conectado.
- Las ciudades y gobiernos inteligentes.
- La gobernanza de internet.
- El acceso al conocimiento y la propiedad intelectual.
Como mencionamos antes, un nuevo escenario global como es esta pandemia por Covid19, nos desafió a cambios quizás impensados, que modificaron absolutamente el ritmo de este ecosistema, introduciendo cambios de hábitos laborales, sociales, educacionales y otros. Así la virtualidad, que ya conformaba parte de la vida de muchas personas, fue casi obligatoria. A través de los diferentes dispositivos nos comunicamos, trabajamos, estudiamos, recibimos noticias y nos mantenemos informados. Sumado a esto, frente a una situación “nueva”, en el amplio sentido, y que además abarca a la sociedad mundial, surge la necesidad de estar conectado con el mundo exterior y tener conocimiento acerca de la situación.
A su vez, en esta reformulación de vida cotidiana, los diferentes medios adquieren relevancia y las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) han generado profundas transformaciones. Esto se ve reflejado en los diversos soportes, y cómo estos modifican la forma de apropiación, elaboración y distribución de los contenidos, y como consecuencia la forma de recepción. También, en esta “ecología de los medios”, los mismos reestructuran la relación con la realidad o con el mundo, animando a las personas a buscar nueva información e interrelacionarse socialmente con otros generando la creación colectiva de significados.
Si la tecnología orienta las formas del pensar y de recepción de la realidad, la llegada de “algo nuevo” dará lugar a nuevas formas culturales. En relación a esto, Landow diría que el hipertexto con sus redes de "nodos" y "enlaces”, supera lo impreso (relacionado a lo textual, aunque puede aplicarse a cualquier medio). Al no ser un sistema cerrado, la decisión queda del lado del destinatario, permitiéndole construir su propio recorrido de lectura (textual, visual, auditiva, etc.) saltando de "lexia" en "lexia" conforme a sus intereses. El texto tiene un principio y un final; el hipertexto no está dado, sino que se crea en cada lectura conforme a los recorridos que establezca cada lector, y en el cual se sienta identificado.
Por otro lado, cada medio cuenta, diría Jenkins, y el acceso a contenidos a través de diferentes soportes, sumado a una nueva situación particular donde la necesidad de información se acrecienta, motiva a una mayor adquisición. Así vemos en las estadísticas que medios en los que había disminuido el consumo, hoy vuelven a ponerse en carrera.
Por su parte Jofre nos presenta un concepto más que interesante a la hora de analizar este momento tan “global”, pero sin dejar de considerar las percepciones de cada uno en particular. Jofre presenta un fenómeno que denominó “Yo cuantificado”, el mismo analiza cómo las personas registran diferentes características de sus vidas cotidianas, lo que podría sumar aportes en esto tan nuevo que estamos conociendo entre todos, y donde la información recibida tiene un rol importante. Además, plantea la reflexión acerca de cómo esa producción de información puede construir conocimientos significativos, tanto a nivel personal como social.
Podemos ver cómo los diferentes medios aportan lo suyo, y cómo los usuarios se apropian de los contenidos de acuerdo a la necesidad de información. En relación a esto es importante rescatar, aunque parezca alocado, términos como convergencia o narrativas transmedia. Scolari toma el concepto de convergencia introducido por Jenkins, en el cual opinaba que “hemos entrado en una nueva era de convergencia de medios que vuelve inevitable el flujo de contenidos a través de múltiples canales” (Scolari, C, 23). Esto, sumado a un estado donde “necesitamos” información frente a lo nuevo y desconocido, se intensifica.
Scolari nos hace reflexionar acerca de los medios y como aportan en la construcción del mundo narrativo, y por lo tanto de la realidad de cada uno, aclarando que cada medio o plataforma, frente a un mismo discurso, difieren entre sí, y al mismo tiempo cada persona conforma su propia percepción, de eso trata las Narrativas Transmedia.
Académicos, científicos, empresarios y otros marcan el inicio de una especie de Cuarta Revolución Industrial, la Industria 4.0, que se ve potenciada por las tecnologías digitales. Diferentes líderes coinciden en que se aproxima una nueva ola de innovaciones que intensificarán aún más la digitalización del mundo.
Entonces, el debate debe avanzar en poner en foco el aporte real y concreto que estas tecnologías pueden aportar a nuestra “sociedad”, no sólo para que nuestra vida sea más fácil y cómoda, sino para progresar hacia sistemas de producción, consumo y distribución, más innovadores y eficientes, pero al mismo tiempo inclusivos y responsables ambientalmente.
Fuente: Informática en Salud - HIBA