Internet se sostiene del feedback, reflexiones sobre la autoría
Copiar , guardar, cortar , pegar. ... quitar, mangar, robar, usar.... para ser mas ocurrentes o brillantes a expensas de otras personas.
Cada vez que no se cita a un autor se le está simplemente quitando lo que es suyo.
Pocas personas se preguntan por la dificultad que podemos tener a la hora de trabajar, de conseguir medios, equipo o materiales antes de apoderarse de algo que no les pertenece.
Internet se sostiene del feedback, creamos contenidos para ser citados y que se compartan unidos a la autoría original, si rompemos esa cadena ponemos en peligro el punto más importante del sistema que es el creador.
Hace poco hablaba con personas que hacen memes e incluso vídeos y decían que ya no hacían tantos, estaban hasta hartos de ver como al final los encontraban compartidos con 20 marcas de agua de diferentes páginas de Facebook en las que hasta cambiaban los textos.
Esto ha perdido la emoción, ¿porqué tiene que llevarse mis likes Cabronaci y no yo?, quizás esté perdiendo oportunidades porque esta des-personalización da a entender que muchas personas hacen lo mismo cuando en realidad somos muy pocos los que creamos cosas.
Estas palabras me dejaron bastante preocupada, es verdad que pensamos que hay más artistas de los que existen y más creativos de los que hay cuándo en realidad sin plagiar las cabezas pensantes se cuenten con los dedos de la mano.
Los creadores de contenido original ya están hartos de que todo lo que escriben se someta a la turmix del refrito y que se aderece con ese aire inocente a veces de descubrimiento u opinión personal.
Hace meses veía el caso de Barruf al cual plagian los chinos y los no tan chinos de manera descarada en sus marketplaces y en mercadillos que quieren hacernos pasar por artesanales, imprimiendo sus creaciones en serie mientras él intenta reclamar sus derechos de forma legal pero a veces infructuosa.
Si no citamos al artista, no adquirimos la imagen con sus derechos, si no pagamos por lo que usamos contribuimos a dejar la cultura rota con artistas a jornada parcial que quizás sólo quieran mostrar su obra en el salón de su casa dónde nadie pueda robar un sólo pixel.
Internet se sostiene del feedback y el pago social es necesario.