Revista Cultura y Ocio

Internet y la poesía personalizada

Publicado el 15 julio 2019 por Johnny Zuri @johnnyzuri

…Su buSiness se remonta a la década de mil novecientos noventa, antes que todo se hiciese a medida y se transformara en un fenómeno online alimentado por vendedores de Etsy y también de Instagram. Aquellos que no cuentan con el beneficio de posicionamiento web en buscadores deben establecer un nivel un tanto más bajo.

Creo que las palabras son una cosa complicada, y la meta con la que luchan las personas es localizar el conjunto perfecto de palabras para transmitir cierta emoción. La meta con la que luchan las personas es hallar el conjunto perfecto de palabras para transmitir cierta emoción.

Quien esta comprando Walton afirma que los clientes cambian en género, edad, localización y raza, mas todos son «personas que saben las emociones que desean transmitir, mas por norma general no saben de qué manera comunicar esos sentimientos de una forma locuaz».

Internet y la poesía personalizada
ninocare / Pixabay

Muchos versistas han encontrado seguidores en Instagram, como Beau Taplin , Christopher Poindexter , Kat Savage y JR Rogue . Jeremy M. Brown lowe, más conocido como el trovador de máquinas de redactar. Vive un modo de vida nómada con su furgoneta, una «pequeña casa con ruedas». Vende poesía adaptada sentado en las áreas públicas con su máquina de redactar, creando versos en el sitio. 

Seguramente has visto a otros hacer lo mismo en los parques o bien en los trenes subterráneos. Agrega que está «ayudando a las personas a hallar las palabras adecuadas para expresarlas a quienes aman», haciéndose eco de los sentimientos de Walton y Wilson. En dos mil quince, financió un viaje por el país creando poesía adaptada en el camino. 

Tras el éxito de este viaje, Brown lowe dejó su trabajo en una tienda de atestes y ahora depende solamente del dinero que gana escribiendo poesía, estimando que ha escrito más de diez mil poemas desde el instante en que empezó.

Y Walton, quien halló que la poesía adaptada era bastante rentable en la década de mil novecientos noventa, no renunció a su trabajo en Seguros hasta dos mil diecisiete, instante en el que empezó a redactar a tiempo completo, mas no mediante poesía adaptada. Sus ingresos se fundamentan en sus novelas editoriales, como su popularidad en Steemit, una plataforma social basada en blockchain que premia a los usuarios populares con la criptomoneda, donde tiene más de cien mil seguidores. «Se sentía trasnochado y genuino, y una forma perfecta de festejar el nacimiento del tan aguardado Greyson», afirma Scholen. 

El proceso de Walton incluye un cuestionario y una consulta telefónica de quince minutos y / o bien FaceTime, tras lo que completa un primer boceto que le enseña al cliente para percibir comentarios. Al describir su proceso, Wilson nota que en general va de un lado a otro en revisiones con el usuario. «Si lo pienso demasiado, pierdo la concentración, y de esta manera el poema pierde su poder pues viene más de mi cabeza que de mi corazón», explica. 

Rehaciendo los tradicionales

«En la historia del arte occidental, mucho de lo que debemos subsiste fue encargado por la elite, así sea por individuos ricos o bien por gobiernos nacionales o bien la iglesia», afirma Sarah Beetham, maestra asistente de historia del arte en la Academia de Pennsylvania. «Hacer una pintura o bien una estatua es un proceso costoso y lento, y tener obras en estos medios de forma tradicional ha estado libre primordialmente para los patrocinadores de los medios». Cualquier persona con unos pocos dólares puede encargar un poema basado en su experiencia. Merced a Internet y a las redes sociales, los guardianes tradicionales ya no son los únicos responsables de tomar resoluciones en lo que se refiere a lo que el público del arte ve, lee, experimenta y, sí, comisiona. 

La innovación que democratiza el arte tiene precedencia histórica. «El control de élite de la producción artística empezó a romperse con la introducción de medios reproducibles, que incluyen grabados, fotografías y estatuas a escala nacional en materiales de bajo costo», afirma Beetham. Tal desglose prosigue, lo que nos lleva a una era en la que cualquiera puede encargar un poema adaptado por treinta dólares americanos mediante una tienda de Etsy.

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