Interpol - Interpol (2010)

Mediocridad vestida de negro

Los cuarenta y cinco minutos de rigor explorando la sección de vinilos nunca habían reportado tan escasos frutos. Y eso que recuerdo llegar a tener bajo el brazo al menos cuatro títulos, entre ellos el nuevo de Single, alguno de Duke Ellington, el más reciente de Deerhunter y el cuarto de los Interpol. Estaba absolutamente convencido de quedarme con los tres primeros, pero el cuarto, como si de una indigestión de marisco se tratara, me quitó las ganas de cualquier otra cosa. Visita en blanco. Lo nunca visto.

Mis primeras sensaciones con el disco homónimo de los neoyorkinos no fueron malas. Fueron erróneas. Y es que siempre he sentido especial predilección por los discos densos que crecen con las escuchas, y este tenía toda la pinta de ser de esos. Lo dicho, error. Se sucedieron las escuchas. Y el aburrimiento. Y se me iba poniendo, cada vez más, cara de tonto. Y seguía aburriéndome.

Salvemos algo. La cara A del disco tiene algunos momentos potables. Memory serves sería una digna cara B de sus dos primeros discos, Lights hubiera sido un buen punto de partida hacia algo más grande y el single, Barricade, no deja de ser el típico hit resultón de la banda pero un escalón por debajo del mínimo exigible para ellos.

Una separación a tiempo nunca es la peor solución. Demasiado tarde.

"Lights"
Interpol (2010)
Interpol