Revista Opinión

Interpretación de los sueños

Publicado el 20 diciembre 2019 por Carlosgu82

Freud estaba equivocado en varias cosas, pero su mérito estuvo en poner atención a detalles que otros habían pasado por alto, como los sueños y la prohibición del incesto. Cuando empezó a analizar pacientes, creyó que sus traumas se debían a haber sufrido abuso sexual por parte de sus padres. Luego hizo una afirmación que cambió todo: dijo que sus pacientes le habían mentido, que no habían sido abusados. Concluyó que eran los niños los que tenían deseos hacia sus padres, como el complejo de Edipo y el de Elektra. Eso lo llevó a interpretar los sueños y las fantasías. Creyó que el sueño es una formación de compromiso entre nuestros deseos infantiles, que son como los titanes que, tras ser lanzados bajo tierra por Zeus, provocan terremotos para salir de sus prisiones, según los antiguos griegos. O sea, tenemos deseos infantiles, frecuentemente agresivos o incestuosos, que constituyen el motor del sueño, pero si los viéramos en toda su crudeza -que matamos a nuestro padre y nos acostamos con nuestra madre-, nos despertaríamos horrorizados. Por eso el preconsciente censura el sueño. En vez de una relación con la madre soñamos que entramos a una caverna submarina y la exploramos. De esa manera obtenemos una satisfacción alucinatoria de nuestros deseos y continuamos durmiendo.

El método para descifrar el sueño era la asociación libre. El paciente debía asociar lo que se le viniera a la mente con las imágenes del sueño. A veces el paciente se negaba a seguir asociando y eso era indicio de una represión. Los errores básicos de Freud son dos: 1. Ignoraba que todos los mamíferos sueñan. Un gato pequeño sueña más que un hombre adulto y es imposible que tenga más deseos reprimidos que un adulto humano, con lo que el motor del sueño no puede ser un deseo infantil insatisfecho. 2. Puedo asociar ideas con cualquier cosa. Por ejemplo, hay un árbol de Navidad a mi derecha. Puedo asociar con el tamaño del árbol, sus colores, otros que he visto en mi vida… Mis asociaciones no causaron el árbol. Por eso no tiene sentido pensar que las asociaciones que haga hoy, ante un psicoanalista, sean las causantes ocultas de un sueño que tuve hace diez años. Adler y Jung tuvieron otras teorías sobre las causas del sueño. Para el primero, el sueño es semejante al juego de los animales. En él nos preparamos para lo que vamos a hacer al día siguiente. Para el segundo, es una manifestación de un inconsciente colectivo. La psicología de la Gestalt sostuvo que el sueño es el camino hacia la integración. Los personajes y cosas soñadas son partes de nuestra personalidad que debemos integrar, algo parecido a lo que afirmó Jung.

Hoy se piensa que, por ser común a todos los mamíferos, es un proceso que ayuda a fijar la memoria. Cuando se impide a un animal soñar, le cuesta más aprender o recordar lo aprendido. El sueño paradójico se denomina así porque se produce en el momento de máxima relajación muscular. Estamos relajados pero los ojos se mueven (sueño REM rapid eye movement) y el cerebro muestra una actividad como la de la vigilia. Parece ser que cuando estamos relajados el bulbo raquídeo lanza descargas eléctricas que tocan el centro de la memoria y se disparan imágenes con las que armamos historias. Tenemos un mecanismo que nos impide movernos cuando estamos soñando, si lo hiciéramos no solo no descansaríamos, sino que golpearíamos a quien esté a nuestro lado. La parálisis del sueño se produce porque nos despertamos, pero ese mecanismo continúa, por unos momentos, impidiendo la motilidad. La experiencia es bastante desagradable pero no es peligrosa si mantenemos la calma.


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