Revista Cine
Al ver que la vida en la Tierra está llegando a su fin, un grupo de exploradores liderados por el piloto Cooper (McConaughey) y la científica Amelia (Hathaway) se embarca en la que puede ser la misión más importante de la historia de la humanidad y emprenden un viaje más allá de nuestra galaxia en el que descubrirán si las estrellas pueden albergar el futuro de la raza humana. El género espacial o de ciencia ficción ha sido llevado al cine en numerosas ocasiones a lo largo de su historia con un patrón generalizado que lo separa de la realidad científica, eliminando leyes físicas complejas que se nos escaparían a la mayoría de los mortales.
Naves que viajan a la velocidad de la luz, comunicación en tiempo real, hibernación de la tripulación, la gravedad, "robotijos" varios y un sinfín de "licencias" que forman parte de todo el imaginario del universo sci-fi.
Las últimas noticias sobre temas relacionados nos dejan una muestra de lo que se está investigando por parte de la Agencia Espacial Europea (ESA) y la sonda espacial que han lanzado llamada Rosetta que ha aterrizado en la superficie de un cometa donde analizará la superficie y sus características.
Un viaje que ha durado 10 años y que se ha situado a 510 millones de km. de la Tierra para mandarnos imágenes a 28 kilobits por segundo que tardan 28 minutos y 20 segundos mediante señales de radio en llegar a su destino donde es recibida y reconstruida por las estaciones.
Increíble hasta donde puede llegar el camino del ser humano y su afán por descubrir.
Nolan es un director que suele utilizar varios recursos de manera brillante, sobre todo el visual, el ritmo de la trama y la narración que hacen que su cine te hipnotice. Una especie de fascinación en la que el espectador puede entrar o no pero que sin duda lo hace con arte y maestría. Una película de dos horas y cuarenta y nueve minutos que entretiene ya tiene a priori un mérito sin entrar en detalles.
Para los seriéfilos hay un punto en común con la interpretacion del Matthew McConaughey de "True Detective" y el de "Interestellar". Ese tono de voz entre apagado, casi murmurando y serio que le da un aire trascendental y emotivo 100% al personaje muy afín a la historia. El piloto Cooper nos brinda escenas que son de nudo en la garganta, como poco.
Un reparto que cumple con los propósitos y que cuenta con el reconocido actor Michael Caine, actor fetiche del director en la trilogía del caballero oscuro.
Mención especial a los invitados a la tripulación TARS y CASE, unos "monolitos andantes" en forma de robots la mar de eficientes y que se suman al imaginario de estas películas siendo un claro homenaje a los clásicos de la ciencia ficción ochentera a la antigua usanza.
El director se adentra en los agujeros de gusano, una especie de atajos en el universo que desafían las leyes del espacio y el tiempo. Su referente es Kip Thorne un astrofísico de 73 años, fan de la serie Star Trek y de 2001 de kubrick, capaz de recoger el legado teórico de Albert Einstein y llevarlo más allá convirtiendo la física quántica en materia para un taquillazo.
Fue steven Spielberg quien compró un proyecto, que Thorne habia ideado, para dirigirlo. Este contrató a Jonathan Nolan, el hermano de Christopher para que escribiera el guión, el resto es historia y Christopher fue quien cogió el testigo de Interstellar.
El film es un guerrero combatiente contra el cambio climático que como dicen los expertos: hoy no es un problema, lo será en el futuro. Un tiempo que nos presenta una tierra yerma llena de polvo debido a las tormentas de arena, superpoblada y sin más esperanza que unas teorías que Thorne ve a 20 o 30 años de entender perfectamente. Puede que menos...lección pura y dura de ecologismo y de tratar como se debe el sitio donde convivimos.
Las referencias cinéfilas son muchas, principalmente al cine de los 80 de aventuras para todos los públicos, cine de entretenimiento con mayúsculas. Es la vuelta al cine de palomitas, a los Indiana Jones, Batman y Superman iconos que han vivido y vivirán en nuestras mentes para siempre.
Como colofón a una peli tan redonda tenemos al bueno de Hans Zimmer haciendo que los pasajes espaciales y terrenales se fusionen orgánicamente en sus notas y partituras, un gran trabajo que realza los momentos impactantes del montaje.
Las imágenes espaciales se mezclan entre los veloces fotogramas de la nave con la lenta y muda majestuosidad de las tomas del espacio simulando a la icónica "2001: Una odisea del espacio (1968)" de Kubrick.
Respecto al personaje principal temeroso de sus fantasmas personales se intuyen influencias del cine de Tarkovski y su "Solaris (1972)".
Una obra que sigue mostrando el alto nivel de este director y que tiene como principales referentes su opera prima "Memento (2000)" y la trilogía de Batman (2005-2008-2012).
Un rescate a la humanidad y a los valores, al viaje que tiene que emprender el prota para la salvación de su hogar y familia y, sobre todo, a uno de los sentimientos más universales que une y rige al ser humano como es el amor. Algo intangible pero real y fuerte como la vida misma, que nos hace únicos como especie. Final "Made in Hollywood" que sueña en grande y llega muy lejos, no decepciona y funciona como broche final al viaje galáctico "Nolariano", el maestro y primero de la clase.