Muchos maestros británicos han comenzado a calificar como “venenoso” al popular mensajero WhatsApp y reclaman una mayor vigilancia de los padres. Cada vez son más las escuelas que toman la decisión de prohibir los smartphones, buscando proteger a los menores del contenido dañino de las redes sociales. A esto se suma, que en algunos centros educativos, se ha podido constatar que “personas extrañas” han ingresado en los grupos que tienen los estudiantes.

WhatsApp en el ojo de la tormenta
Cada vez más escuelas se están liando con estos problemas. Son muchos los menores que reciben mensajes inapropiados, intercambio de imágenes, contenidos para adultos y la intimidación en las redes sociales. Esta situación luego se extiende por los grupos creados por los menores dentro de cada clase. Es por ello que los centros educativos requieren un mayor control de autoridades y los padres para evitar alguna sorpresa. Un problema, que marcan los maestros, es que la jerga juvenil es “impenetrable” para muchos padres y esto no permite un seguimiento o control correcto.
Al respecto de esto, opinó Mary Bousted, secretaria general del Sindicato Nacional de Educación: “Este es un terrible recordatorio de los daños que pueden causar tanto mental como físicamente los jóvenes que acceden a contenido sin mediación”. Bousted entiende que se deben manejar las consecuencias que las redes sociales pueden generar para sus miembros. Ante esto, dijo que “cuando sale mal, las redes sociales intensifican la angustia de ser un adolescente”.
Contenido indebido
Las mayores preocupaciones desde las autoridades educativas se dan en el marco de la pornografía y el acoso sexual. Primero, por la distorsión que se puede generar en los menores, con relación al sexo. En segunda instancia, por lo común que se viene sucediendo, hay una profunda mirada sobre el acoso que cada vez es más común en las escuelas.
Ante esto, cada vez más centros educativos vienen prohibiendo el uso de los teléfonos, tanto en las clases como en otras circunstancias, como los recreos. También se abordó la problemática que se da en la casa con niños enviando mensajes a altas horas de la madrugada. Allí, se profundizó la crítica sobre una problemática social más compleja, de la civilización actual. Un maestro, de una secundaria en Cardiff, del que se mantuvo el anonimato, calificó de “venenoso” al WhatsApp para los adolescentes. Este educador también reclamó por la prohibición del mismo a niños en edad escolar.
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