La Intolerancia a la lactosa es más frecuente de lo que se cree
CUANDO LA INTOLERANCIA A LA LACTOSA PROVOCA MOLESTIAS ABDOMINALES E HINCHAZÓN
La intolerancia a la lactosa es un trastorno que “se puso de moda” hace unos años. Decimos “de moda” porque de pronto los médicos comenzaron a diagnosticarlo con frecuencia y a partir de cierto momento “intolerancia a la lactosa” se convirtió en una etiqueta, en un diagnóstico nuevo a tener en cuenta. Con el tiempo, cada vez más hay quien opina que la leche y los productos lácteos sientan mal a la mayoría de individuos porque casi todos tenemos intolerancia a la leche de vaca. Pero una “opinión” es sólo eso, una opinión. Así que hemos buscado información rigurosa acerca de si la intolerancia a la lactosa es tan común como se dice, y acerca de qué hay de cierto en ello? Hemos llevado a cabo una recensión de artículos y hemos encontrado información muy convincente sobre cómo y por qué es fácil que la leche y otros derivados lácteos (a excepción del yogur), nos sienten mal. Hemos de decir que nuestro interés ha sido personal, pues una y otra vez hemos hablado con mujeres de mediana edad con problemas para perder peso y una y otra vez hemos visto casos (y hemos experimentado en carne propia), en que al abandonar los lácteos las dietas para adelgazar se hacen más efectiva y (¡muy importante!), la hinchazón abdominal se reduce considerablemente. Yo misma puedo afirmar que he notado, al suprimir la leche, dicha sensación de pesadez, aunque nunca había tenido síntomas serios de intolerancia a la lactosa, como sí los tienen muchas personas que se quejan de gases, dolores, problemas de tránsito intestinal y otros trastornos digestivos.
POR QUÉ PRESCINDIR DE LA LECHE NO ES UNA IRRESPONSABILIDAD
Por una razón muy sencilla: La fuente de calcio y vitamina D que supone la leche y sus derivados no es insustituible: podemos encontrarla en muchos otros alimentos ricos en vitamina D y en muchas leches de sustitución como la leche de almendras, leche de soja o leche de avellanas.
TE CONTAMOS POR QUÉ HARVARD LA HA ELIMINADO DE LA PIRÁMIDE DE ALIMENTOS PARA UNA DIETA SALUDABLE
Artículo publicado por el Departamento de Salud Pública de la Universidad de Harvard
Walter Willett, nutricionista del departamento de Salud Pública de Harvard ha publicado diversas reseñas científicas acerca del tema de la intolerancia a la lactosa, que para él es más preocupante de lo que mencionamos arriba, pues afirma tener pruebas de que nuestros hábitos de consumo de leche son un riesgo serio para la salud. “Existe mucha información que apunta a que existe una correlación entre el cáncer de próstata y el alto consumo de leche. Y tenemos evidencia mixta que señala que tomar tres vasos de leche al día está asociado a la mayor prevalencia de cáncer de ovarios”. Willett añade también que no hay evidencia que sostenga que el consumo de leche ayude a mejorar la salud de los huesos. Por esto, desde hace un par de años, Harvard ha suprimido los lácteos de la configuración de su pirámide de alimentos sanos.
El problema es que la lactosa que contiene la leche es un disacárido que ha de ser descompuesto por la enzima lactasa. Y esta enzima la producimos en abundancia en la infancia pero dejamos de producirla (en la mayoría de los casos), en la edad adulta. Por ello la mayoría de las poblaciones tienen cierto grado de intolerancia a la lactosa.
Señala el Dr. Willett: “Los beneficios asociados a los lácteos tienen que ver con un arquetipo que podemos llamar oral-maternal (la leche nos remite como memoria corporal a la infancia y a la madre) y a las bacterias que contienen cuando han sido fermentados –no cuando están pasteurizados, algo que además impide que la misma leche contenga la enzima lactasa y ayude a digerirla. Sin embargo, las bacterias bacilo que contiene la leche (especialmente el yogurt), que contribuyen a la salud del microbioma humano, pueden ser obtenidas de otros alimentos fermentados o consumiendo probióticos. Como suelen decir: la leche de vaca es el alimento perfecto, pero sólo si eres un becerro”.