Pensaba descansar hasta después de todas las fiestas navideñas, pero la actualidad lo ha impedido.
Y es que en una misma semana es muy difícil de digerir lo que los señores de las faldas largas y negras intentan hacer llegar al conjunto de la sociedad.
A principios de semana el obispo de Alcalá de Henares nos salió con la polémica sobre que “entre las parejas casadas por la iglesia católica existían menos casos de terrorismo machista”. Y es que hay que fastidiarse con las declaraciones.
Ellos, lo que en los confesionarios aconsejan que se debe aguantar en nombre de la familia, los que nos tratan a las mujeres que nuestro papel fundamental ha de ser el de madre y estar al frente de las familias aún a pesar de incorporarse al mercado de trabajo. Como si sólo se tratara de sumarnos tareas pero a pesar de ello no pudiéramos renunciar a nuestro papel de esposas, madres y fieles guardianas del espíritu familiar, a pesar de que en casa nos estén dando bofetadas, empujones y se nos insulte. No, eso no importa para ellos, siempre que sigamos interpretando el papel que ellos nos han asignado. Sencillamente infame.
Y si nos faltaba alguna cosa, nos sale el jefe de la iglesia católica el día de año nuevo, hablando de “tolerancia religiosa”. Sin palabras me quedo.
Ellos, los intolerantes con los que pensamos diferentes. Los que mataron a miles de mujeres porque éramos y somos las herederas de tratamientos emocionales y curativos a lo largo de los siglos. Ellos, los que con sus fanatismos mataron a Hypatia de Alejandría y a muchas más, sencillamente por querer ser ellas mismas y por querer vivir sus propias vidas. Ellos, los que han llamado a miles de guerras santas en aras a la defensa de sus dogmas de fe y de sus sectarismos. Ellos que nos siguen impidiendo salirnos de su secta religiosa cuando descubrimos sus mentiras, sus enredos y que sus dogmatismos con contrarios al espíritu de lo que muchas personas entendemos con la esencia misma de la libertad.
Y es que hay que tener narices para salir pidiendo mayor tolerancia religiosa cuando ellos siempre miraron a otro lado mientras los dictadores que han existido a lo largo de estos centenares de años, mataban, exterminaban y pasaban por el garrote vil a todas aquellas personas que no pensaban como ellos. Y ellos, los de faldas largas y negras mientras, llenaban sus arcas de riquezas, obras de arte y parabienes a costa de no condenar todos esos asesinatos de quienes no pensaban como ellos.
Pero no contentos con eso, también entre sus filas han hecho estragos. Monjas violadas en países africanos. Niños y niñas abusados sexualmente por todas partes. Mujeres relegadas a posiciones siempre de sumisión y de dependencia.
Y mientras piden tolerancia. Y mi pregunta es ¿Dónde está su coherencia a la hora de predicar con el ejemplo?, ¿Tienen capacidad moral para poder pedir tolerancia cuando ni siquiera saben lo que significa?
Les exijo que nos dejen pensar, vivir y sentir en paz y como cada persona quiera sin presiones, muertes, ni condenas a través de los confesionarios. Les exijo reparación a tantas muertes innecesarias y que ellos han provocado. Les exijo que pidan perdón a las miles de mujeres que han matado o que han perdido la vida precisamente por culpa de esa intolerancia que ellos ahora piden.
En mi, no van a encontrar tolerancia hacia sus pensamientos dogmáticos, sectarios, misóginos y clasistas hasta que reparen (lo cual es imposible) todo el daño que han infringido a la sociedad en los últimos miles de años. Que la busquen en otra parte.
Ben cordialment.
Comments