Mediante el método fonológico o silábico lo que el niño hace es seguir un proceso puramente perceptual: por un lado, decodifica símbolos, y por otro, da significado y comprensión a esos símbolos.
Tiene que “desarrollar habilidades para decodificar la palabra escrita, con el fin de encontrar su equivalente en la palabra hablada”. En consecuencia, requiere haber desarrollado un razonamiento lógico para entender las reglas sintácticas.
Por otro lado, cuando el niño ya es capaz de leer palabras en un texto, visualmente para poder hacerlo es necesario que siga este proceso:
- Alinear ambos ojos en el mismo punto, simultáneamente y con precisión.
- Enfocar ambos ojos para conseguir que el texto se vea claro.
- Mantenerlo claro de manera prolongada mientras dure la lectura.
- Mover ambos ojos coordinadamente, de forma continua, a lo largo de la línea de texto.
- Procesar la información leída para obtener su significado, mediante la visualización de las palabras en imágenes y la memoria que nos da nuestra experiencia.
(Más información en inglés)
Este proceso visual (junto con su capacidad de razonamiento lógico y de entendimiento de las reglas sintáticas), debe estar totalmente desarrollado a la edad de 6 años. Si alguna de estas habilidades visuales falla o se ha desarrollado mal, hará que el niño:
- Mueva la cabeza excesivamente
- Se pierda frecuentemente cuando lea o copie
- Omita palabras cuando lea o copie
- Se salte líneas cuando lea
- Use el dedo, un boli o cualquier cosa que le sirva de marca para no perderse
- No entienda lo que lea
- No pueda memorizar lo que lea
- Relea palabras o líneas inconscientemente
- Verbalice en voz baja lo que lea
- Sea un lector lento para su edad
Básicamente, la lectura es un sistema complejo de una relación constante entre nuestra retina central y nuestra retina periférica…
¿Qué quiere decir esto?
Partimos de que:
- La retina central es una pequeña área formada por la zona de máxima visión y es la que nos proporciona una imagen clara de lo que vemos.
- Y la retina periférica, por el contrario, es el resto de la retina, donde se percibe todo lo que está alrededor de lo que miramos y se percibe ligeramente borroso.
Cuando leemos, estamos en una palabra (miramos la palabra y la aclaramos) y después queremos ir a otra. Para hacer esto funciona la retina periférica. Mi retina periférica tiene que decirme dónde tengo que llevar este sacádico (o salto), es decir, tiene que hacer un pequeño juicio espacial para que mis ojos hagan el salto correctamente de palabra a palabra. Entonces hago esta programación y calculo “2 milímetros” a la derecha. Se programa el sacádico, y si la programación ha funcionado bien, salto justo en la siguiente palabra.
Cuando paro y hago la fijación (miro la siguiente palabra), la retina periférica se apaga entonces, y la retina central se enciende, y se pregunta “¿Qué palabra es ésta?”, y la digo (mentalmente o en alto). Entonces, la retina central se vuelve a apagar, y de nuevo se enciende la retina periférica para hacer el siguiente salto a la siguiente palabra… Así sucesivamente.
La retina periférica nos dice dónde saltar a la siguiente palabra,
y la retina central nos dice qué palabra es.
La edad a la que un niño debe tener buenos movimientos oculares:
- sacádicos (saltos de un estímulo a otro),
- seguimientos (seguir un estímulo en movimiento),
- y fijaciones (fijar en la palabra a leer);
No hay nada malo en que un niño se ponga a leer, si está preparado para leer. PERO, si se le fuerza a algo para lo que no está preparado, ya está creándose en él un sentimiento de fracaso.
Para hacer una lectura cómoda, los ojos deben de hacer sacádicos y fijaciones correctas, acomodar bien y converger bien, así la mente puede estar en lo que se está leyendo y concentrarse en el tema del libro y entenderlo. De esta manera, la lectura puede durar más, porque está cómodo leyendo.
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