Revista América Latina
Luis Britto García
En el más absoluto secreto un lobby neoliberal prepara en la Constituyente una Ley Terminator de Promoción y Protección de Inversiones, o de Inversión Extranjera Directa, para otorgar a empresas y particulares de otros países mayores privilegios que a los venezolanos y arruinarnos.
Fundándonos en el contenido de todas las Leyes de Promoción y Protección de Inversión Extranjera que en el mundo han sido, podemos deducir que contendrá normas que atentan contra la soberanía.
Todas estas normas confieren a los extranjeros privilegios para la concesión y adquisición de divisas, lo cual es contradictorio, pues se admiten tales inversiones para que aporten divisas y no para que las exijan, y además tiende a crear dos categorías discriminatorias: la de empresas y personas extranjeras, privilegiadas con divisas, y la de los nacionales, privados de ellas.
Toda Ley de Promoción y Protección de Inversiones atenta contra el derecho soberano de sentenciar las controversias internas en materia de interés público con nuestras propias leyes y tribunales, y atribuye competencia para decidir tales pleitos al Banco Mundial, la OEA, el Ciadi, y otros organismos integradores. Estos mecanismos de integración pudieran estar y de hecho a veces están bajo dominación de intereses hostiles a Venezuela, como ocurre con el Mercosur en la actualidad, y sus cortes o juntas arbitrales intentarían decidir sobre el interés público interno de Venezuela lesionando sus derechos y soberanía.
Toda Ley de Protección y Promoción de Inversiones Extranjeras reserva para entes foráneos sectores estratégicos, como los recursos naturales o la minería, que en principio están reservados para el Estado por su interés nacional, y de los cuales excluye por consiguiente empresas y ciudadanos nacionales.
Toda Ley de Promoción y Protección de Inversiones Extranjeras permite a estas últimas valorar sus propias inversiones con los métodos que ellas mismas elijan, con lo cual pueden eludir o disminuir los impuestos sobre el patrimonio, o incrementar las indemnizaciones por expropiación.
Toda Ley tal índole habilita al gobierno para conceder a los extranjeros desgravámenes o exoneraciones de impuestos que pueden ser ruinosos.
Tantos privilegios para las empresas extranjeras incitan a las firmas nacionales a tratar de parecer extranjeras o a entregarse a los capitales foráneos, con lo cual, en lugar de favorecer a la economía nacional, se la hará cada vez más dependiente.
No creo que haya constituyentes ni venezolanos que puedan aprobar una ley que acuerda a los extranjeros privilegios, prerrogativas y ventajas que niega a los venezolanos.
PD: En la Filven presenté mis tres libros: Maraña; El verdadero venezolano: mapa de la Identidad Nacional, y Ecología y Defensa. No se los pierda.
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