¿Invertir o no invertir?
Del mismo modo que existe la tendencia a entrenar a los testigos en un juicio, a la hora de presentar y preparar un proyecto hay que entrenarse. Puede parecer un poco contradictorio ya que las bondades intrínsecas de lo que quieres crear deberían de convencer a todo el mundo, es algo tan obvio como que la Tierra gira alrededor del Sol.
Como ya sabrás, ahora nos parece obvio peor al pobre Galileo casi se convierte en el precursor de la barbacoa humana por afirmar algo que es obvio ahora mismo, y ya no os hablo de Servet, que si se acabó chamuscado. Los científicos de nuestra generación tienen más suerte que sus predecesores, ya no los condenan a muerte, pero en muchas ocasiones sufren de un largo y prolongado ostracismo hasta que la obviedad empírica de sus hipótesis consiguen que se incorporen como verdades en el corpus teórico.
Si esto ocurre con algo en lo que suponemos, de forma absolutamente equivocado, que la verdad brilla con luz propia, ¿que puede llegar a pasar con proyectos, start-ups y demás fauna? Exactamente, las expectativas de que un grupo de personas confíe en tu idea, por muy lógica y bien estructurada que sea, son realmente bajas.
Dicen los que invierten, sobretodo al principio, que más que la idea se fijan en el equipo emprendedor. No es que estos inversores tengan un brújula que les indique la dirección en la que soplará el viento, simplemente es una simple razón de equilibrio. En las fases iniciales no se puede predecir el futuro y más que el concepto se fijan en los logros y capacidades de los fundadores. Si son creíbles, tienen un historial de éxito, es más factible que no se dediquen a montar proyectos absurdos. Por otra parte, es cierto que no suelen invertir una gran cantidad de dinero en el mismo proyecto, tienden a mantener un ratio de 1 a 10. Invierten su fondo en diez proyectos para diversificar el riesgo y con la confianza de que uno o dos puedan dar el retorno de la inversión necesario para no perder nada.
Podemos discutir si su inversión es ridícula vistos los costes que cualquier empresa ha de sostener, pero no llegaríamos a ningún lado y tu única alternativa es financiarte tu solo -lo más recomendable pero no siempre posible.
El caso es que has de estar muy preparado para este tipo de inversores, han visto más proyectos cafés te has tomado durante la creación de la idea. Te harán preguntas con toda la mala intención del mundo, no tanto para humillarte sino para verificar tu consistencia como profesional y de paso, tu proyecto. Cuanto más seguro estés más fácil es que los convenzas y que la valoración que tu estimas sea más alta. En resumen, más cara venderás las participaciones.
Es importante estar preparado y saber condensar en cuatro o cinco ideas básicas lo que quieres transmitir. Deja de lado los datos, si les convences ya te preguntarán. Es como cuando eras joven y querías ligar, dudo mucho que les pasaras una hoja excel con comparativas de mercado sobre tu potencial como amante. Bueno, yo no se para que digo esto porque no he ligado en mi vida, pero he sido un buen scouter de barra para ver como funcionaban estos intercambios accionariales y se reducían básicamente en vender una historia que captara la atención de la otra parte para poder cerrar el trato.
Has de sentirte cómodo, tener las cifras básicas en la cabeza, tener una actitud asertiva y segura. Como dicen algunos, no pueden existir disonancias entre tu lenguaje corporal y el mensaje oral. Coge tu discurso y pruébalo una y otra vez hasta que seas capaz de repetirlo sin titubear, pero ojo, no de memoria sino que explicando las mismas ideas puedas comunicarlo sin usar las mismas frases. Grábate en vídeo por muy ridículo que parezca, verás tics de los que no eras consciente, como te mueves, como gesticulas o las caras que pones cuando no estás seguro.
Delante tuyo tendrás a una serie de personas que has de convencer, quizás no a todas, pero si has dejar siempre la duda razonable en los que no compren tu discurso. Que sus dudas a la hora de invertir vengan más de la distribución de su cartera más que una falta de confianza, porque si ocurre lo segundo lo más probable es que lo comente con las demás personas que están sentadas a su lado, y la desconfianza se propaga muy rápido y por culpa de una sola persona puede que pierdas toda la financiación que podrías haber conseguido.
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