No supe cuando la perdí. Dicen que ya hace un tiempo, pero a mí me parece que fue ayer. Sí, tengo la extraña sensación de que no han pasado más de veinticuatro horas desde que la tenía y , después… Después, desapareció.
Para mí es un misterio y algo inesperado . Me he encontrado sin ella de una forma repentina. Sin previo aviso aunque los que me rodean insisten en que ha sido una pérdida anunciada, que se veía venir, vamos…
Por mucho que argumenten y me demuestren con hechos objetivos que la he perdido, que ya no la tengo, creo que debo invertir mis recursos económicos y mi esfuerzo intelectual en recuperarla. Dinero, tengo pero lo que no poseo son dotes detectivescas ni capacidad para seguir pistas… Algún rastro habrá dejado. Nada ni nadie se evapora de este mundo sin dejar la más mínima huella. Por mucho que insisto en la necesidad de buscarla y recuperarla, no hay ningún miembro de mi familia que me preste atención. Ya la dan absolutamente por perdida.
Sólo yo, conservo la esperanza…pero soy el único. Tras varios días de intentos infructuosos, creo que voy a recurrir a la ayuda “profesional”.
Me han bloqueado las cuentas en el banco para que no pueda acceder a mi dinero para contratar a “Investigaciones Privadas Cuerdo” pero lo que no saben es que, en un calcetín ( es una blanco de tenis, con unas franjas azules y rojas en la zona tobillera), envuelto en una bolsa de plástico y bajo una losa suelta del garaje, guardo más de lo que ellos puedan imaginar nunca. De vez en cuando, me preguntan si tengo de esos billetes de colores en algún lugar de la casa, pero yo me hago el tonto…
He hablado con el Sr. Cuerdo, investigador privado, por teléfono. Hemos acordado que vendría hoy a visitarme y a recabar datos para poder iniciar la búsqueda. Es experto en recuperar objetos y personas desaparecidas y me ha parecido muy agradable. No ha querido que le diera la información de “mi caso” hasta que no nos viéramos personalmente.
Ya casi es la hora de nuestra cita. Estoy nervioso .Creo que, si el Sr. Cuerdo es lo que parece, puede encontrarla.
…
Alberto Cuerdo nunca olvidaría aquella extraña visita. No sabía que es lo que sentía con más intensidad : si la decepción por haber perdido un posible cliente en estos tiempos de dura crisis o la compasión y pena por el hombre que le había requerido. Le abrió la puerta , vestido con un taparrabos y unos zuecos rojos, de madera. Cubría su cabeza con un viejo gorro de Papa Noel …Lo llevó a una sala en la que había una mesa en el centro, con montones de billetes apilados .Lo hizo sentar, cosa que hizo impactado y sin palabras, incapaz de reaccionar. Llamó a una inexistente criada para que preparara un café y tras un diálogo con el aire, le sonrió y le dijo :
-Sr. Cuerdo, estoy encantado de conocerle por fin. Creo que Ud. Es la persona indicada para encontrar lo que busco. Es algo que he perdido y necesito recuperar.
-¿Qué es lo que ha perdido?- le preguntó Alberto, intrigado.
-. Sr. Cuerdo, he perdido la razón. ¿Me ayudará a encontrarla?.
N.B : Este es el texto con el que he participado en el Taller de Escritura Colaborativa de Ciberlalia. Ciberlalia es un nuevo portal para los amantes de las letras que nos propone un intercambio cultural y creativo . Es muy interesante y está empezando a rodar…