Revista Salud y Bienestar
El gel microbicida tenofovir, del que se presentaron el pasado verano resultados prometedores para proteger la vagina de infecciones por VIH, podría servir también en un futuro para evitar contagios derivados del sexo anal. Así lo ha mostrado un estudio, aún en fase preliminar, que ha contado con 18 voluntarios, hombres y mujeres.
Al igual que con las aplicaciones vaginales del gel, aún quedan muchos detalles por pulir y la protección está muy lejos de llegar al 100%, pero estos primeros resultados muestran que el producto, actualmente en fase de estudio, podría ser viable no sólo para la vagina sino también para el recto. Según los expertos, la posibilidad de contagio del VIH por sexo anal es 20 veces mayor que por la vagina, ya que el recubrimiento rectal es más fino y el virus tiene más facilidad para atacar a las células.
La investigación, dirigida desde las universidades de Pittsburgh y California en Los Ángeles (UCLA) y financiada por los Institutos de Salud Pública (NIH) de EEUU, se acaba de presentar en la Conferencia de Retrovirus y Enfermedades Oportunistas (CROI), celebrada en Boston (EEUU). De acuerdo con sus autores, ha servido también para constatar que la aplicación del gel resultaba incómoda para la mayor parte de los voluntarios, por lo que se está trabajando en una nueva versión con menos alcohol (glicerina).
Los científicos tomaron biopsias del tejido rectal de los voluntarios, quienes se habían aplicado durante siete días el gel, o bien un placebo (un gel igual pero sin efecto). Después, expusieron esas muestras al VIH y constataron que las células a las que se había administrado el microbicida tenían una probabilidad menor de ser infectadas. Sin embargo, este efecto no se observó cuando habían estado expuestos a una sola aplicación del gel.
"Estos esfuerzos tempranos en la fase de desarrollo de microbicidas rectales pueden darnos una idea de la eficacia potencial del producto, lo que nos permite un mejor diseño y acelerar el ritmo de futuros ensayos", comenta el doctor Peter Anton, catedrático de Medicina en UCLA.
El tenofovir es un medicamento que suele emplearse, en forma de píldora oral, en el tratamiento de pacientes con VIH. Hace unos años comenzó a estudiarse si una versión en gel del mismo principio activo podría servir para prevenir contagios. El pasado mes de julio, la revista 'Science' publicó un amplio estudio con 900 mujeres sudafricanas, el cual mostró que aquellas que habían usado el gel antes y después de sus relaciones sexuales tenían un 39% menos de posibilidades de contraer la infección.
Desde entonces, los investigadores han tratado de comprobar si estos resultados eran extrapolables al sexo anal, y los primeros resultados, ahora presentados en Boston, indican que así es. Otro estudio, aun en curso, está contando con 60 mujeres estadounidenses para confirmar si el uso rectal del microbicida es seguro.
"El sexo anal sin protección es un factor clave en la epidemia de VIH en este país y en el resto del mundo, y esta práctica no está confinada a los hombres gays. Una importante cantidad de mujeres se está involucrando también en el sexo anal", explica el doctor Kenneth Mayer, uno de los autores de este último estudio desde la Universidad Brown de Providence.
**Publicado en "El Mundo"
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