Revista Cultura y Ocio

Invictus

Por Alejandropumarino

Invictus

Mientras la izquierda mallorquina apela a las buenas razones para alcanzar el éxito electoral, el aspirante al sillón de Dª Esperanza se disfraza de victorioso guerrero romano, ahí es nada. Al Sr. Gómez le espera un futuro político oscuro en caso de sufrir una debacle electoral frente a la Sra. Aguirre, lo que es más que probable, y la gloria de haber vencido a Trini Jiménez y a Zapatero en unas primarias, tiene pinta de resultarle tan efímera como la de los gladiadores con quienes se compara. El aparato del partido es cruel, y la Sra. Jiménez, incapaz de ganar ni al cinquillo, se ve premiada por su estupenda integración en el engranaje de la formación que vende el fracaso de una imposición de candidato, como ejercicio democrático de elecciones primarias. D. Tomás se pasó con el invictus, aunque luego resulta que declaraba Zapatero no haber perdido jamás unas elecciones, siendo candidato varios puntos por debajo del ínclito gallego, y terminó por llegar a la Moncloa en tren. El amigo Gómez, más modesto en sus pretensiones, trata de desalojar a Esperanza de Madrid a lomos de un brioso corcel, pero la popular es hueso duro de roer y tiene mucha gramática parda. De momento se libró del marchante consorte, que está haciendo de las suyas por Asturias, dejándonos a todos con la duda de que, siendo Cascos tan bueno, ¿como permitió la presidenta perder tan preciado valor, estando, como estaba, afiliado en Madrid?. Claro que eso forma ya parte de otra historia…


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