Invierno humano, de kiko labiano

FICHA TÉCNICA
EDITORIAL: Triskel Ediciones
FECHA PUBLICACIÓN: Diciembre 2014
FORMATO: Epub
Nº PÁGINAS: 368
ISBN: 978-84-943146-4-3

SINOPSIS

¿Cuánto vale una vida humana? ¿Matarías por un trozo de carne?¿Y por salvar a tus seres más queridos? En un mundo devastado por el hambre, solo, y rodeado de un bosque milenario, el joven Myka tratará de sobrevivir mientras piensa en cómo recuperar a su familia cautiva. Un torrente de sucesos le llevará a descubrir que en la vida ya no hay sitio para la bondad y que los límites de lo humano desaparecen cuando la propia supervivencia está en juego.

"Esa bondad, esa absurda bondad, era lo más estúpido que había en el hombre. En un mundo despiadado, lleno de hambre y miseria era tan vacua como innecesaria."

Invierno humano nos presenta un mundo posapocalíptico cubierto de nieve, donde escasean los recursos naturales y sobran animales salvajes. Donde los seres humanos parecen haber vuelto a una época muy primitiva.
La historia comienza con una persecución a través del bosque. El pequeño Mayka huye para salvar la vida pero consigue escapar a duras penas. Y ahí empiezan su odisea para sobrevivir y los interrogantes: ¿quién le persigue? ¿por qué? ¿dónde están? ¿cómo han llegado a la situación actual? ¿qué ha ocurrido en el planeta?
Las preguntas son una constante a lo largo de la historia porque el autor lo deja casi todo en el aire, te mantiene prácticamente en la ignorancia dándote un mínimo de pistas y, solo al final, se aclara todo.
Pero no creáis que la lectura se vuelve aburrida y pesada con tanto interrogante. Al contrario, Kiko Labiano consigue crear una atmósfera de suspense que te envuelve y te atrapa. Sientes el intenso frío, el viento helado, incluso la soledad de algunos protagonistas. Aunque, como bien expresa el título, la novela no hace referencia precisamente al clima invernal.

Lo que sí te queda claro desde el principio es que ese mundo es helado, hostil, no tiene compasión por el más débil y se reduce a un inmenso bosque rodeado por enormes montañas. Los valores humanos brillan por su ausencia y solo impera la ley de la supervivencia. El miedo y la inseguridad hace que los personajes estén constantemente alerta porque el peligro real proviene del resto de humanos, no de los depredadores. Así que la muerte forma parte casi natural de sus desdichadas vidas.

Invierno humano empieza con un subidón de adrenalina que hace que devores los primeros capítulos. Claro, ese nivel de tensión es muy difícil de mantener a lo largo de toda la novela (imposible, diría yo), así que llega un momento en que la acción se ralentiza. De esa manera vamos conociendo mejor a los personajes y sus motivaciones y nos da tiempo de ir asimilando los acontecimientos, en ocasiones, brutales y desesperanzadores.

Al aura de misterio de la novela se unen los secretos que atesora cada personaje, que lo hacen todo aún más inquietante. Además, intuyes que tarde o temprano influirán en la trama, para bien o para mal.

A medida que lees, notas que la tensión se va acumulando hasta que, irremediablemente, estalla al final de la historia. A esto contribuye en gran manera el hecho de que cada capítulo acabe con un cliffhanger, es decir, ese final sin resolver que te deja con ganas de seguir leyendo.

La novela está narrada en tercera persona por un narrador omnisciente y estructurada en capítulos cortos. En cada uno de ellos, es un personaje diferente el que nos da su visión del mundo, lo que nos permite conocer mejor sus miedos, sus deseos, sus antecedentes y sus motivaciones. De hecho, Invierno humano se divide en tres escenarios: el solitario Myka, Mike y su pequeño grupo y la caravana de Padre. Tres grupos de personas que están destinados a encontrarse y cuyas vidas están más conectadas de lo que ellos mismos creen.
Kiko Labiano utiliza un lenguaje claro y sencillo, sin exceso de adjetivos ni descripciones y llamando a las cosas por su nombre. Un reflejo del carácter rudo de la mayoría de los personajes y del mundo despiadado en el que viven.

Sin embargo, hay dos cosas que no me han convencido. La primera tiene que ver la maquetación de la obra, ya que en la edición que me han facilitado, después de cada punto y aparte hay un doble espacio, y algunos diálogos se ven afectados, quedando frases descolgadas.
Lo segundo es el final. La verdad es que no lo cambiaría, solo lo haría más extenso porque me ha parecido un poco precipitado. Son tantos los detalles por descubrir y las preguntas por responder a lo largo de la novela que me ha dado la impresión de que todo se resuelve demasiado deprisa.

En cuanto a los personajes, el autor los lleva hasta el límite y su evolución está condicionada por la vida que les ha tocado vivir. Myka, por ejemplo, es un adolescente separado de su familia que se hace mayor de golpe. Sobrevive gracias a los conocimientos sobre supervivencia que le inculcaron sus padres y, a pesar del miedo, demuestra más valentía que muchos adultos. Él, junto a su familia, son los personajes que muestran ese calor humano del que carece el resto.
Mike, por su parte, es un hombre cansado de tomar decisiones y de tantas atrocidades. Le acompaña Joana, una pelirroja impredecible que disfruta con la muerte.
Por otro lado, en el grupo de la caravana tenemos a varios personajes destacados. Padre, es el jefe del clan a quien todos respetan por miedo. Es un superviviente nato y no duda en utilizar a los demás para conseguir sus objetivos. Kym es un joven que busca con desespero la aprobación y el respeto de sus congéneres, pero especialmente de Padre. Se enamora de Jess, otra adolescente cuya mente no acepta la realidad y, en ocasiones, vive en un mundo paralelo. Y, finalmente, Edd, el personaje a quién nadie soporta pero que tendrá un papel importante en la historia.

Resumiendo, Invierno humano me ha parecido una obra bien construida, de lectura ágil, de esas que enganchan y no te puedes quitar de la cabeza cuando terminas. Y, además, te hace reflexionar en la condición humana, bastante escasa de amor y bondad, y a lo que eso nos puede conducir en el futuro. Muy recomendable.

Muchas gracias a Triskel Ediciones por el ejemplar.