Revista Cultura y Ocio
Título: Invisible Autor: Paul Auster Editorial: Anagrama Año de publicación: 2009 Páginas: 282 ISBN: 9788433975225 Este es ya el libro número 13 de Paul Auster que leo. Y en mi caso, al menos en esta ocasión, el 13 ha sido un mal número, me ha dado mala suerte. Junto con los tres libros que conforman La trilogía de Nueva York, esta es la obra de Auster que menos me ha gustado. Y no os imagináis la rabia que me da, ya que es uno de mis autores favoritos, llevaba ocho meses sin leer nada suyo y, por si fuera poco, tenía muchas ganas de leer Invisible. Sin embargo, esta historia no ha cumplido las expectativas que tenía puestas en ella. Aunque a ratos ha logrado captar mi atención, engancharme, animarme a seguir leyendo, en líneas generales el libro se me ha hecho muy cuesta arriba, no he logrado meterme en la historia al cien por cien, los personajes no han conseguido transmitirme nada o casi nada y las 282 páginas me han durado dos semanas, lo que os puede ayudar a haceros una idea de lo que me ha costado terminarlo y lo poquito que me ha gustado.
El protagonista de esta historia es Adam Walker, a quien conocemos en 1967, cuando es un joven poeta que estudia en la Universidad de Columbia y, aunque él no lo reconozca y ni siquiera se dé cuenta, es muy guapo, irresistible, vamos, que tiene un gran encanto y atractivo para las mujeres. Una noche, en una fiesta de estudiantes, conoce a Margot y a Rudolf Born, una pareja de franceses. Aunque no tiene mucho en común con ellos, ya que son más mayores y más sofisticados, Adam consigue llamar su atención. Los tres inician una ambigua relación llena de seducción, pero también de inocencia. Rudolf Born es profesor en la Universidad de Columbia y de la noche a la mañana le ofrece al joven Adam dirigir una revista literaria que él financiará. ¿Por qué alguien está dispuesto a arriesgar su tiempo y, sobre todo, su dinero, ofreciéndole trabajo a un desconocido? ¿Qué pretende Rudolf, qué quiere, qué busca, qué esconde? Por su parte, Margot no duda en aprovechar un viaje de Rudolf para acostarse con Adam. ¿Qué busca ella con sus cantos de sirena, su sensualidad, sus insinuaciones? ¿Por qué no es Adam capaz de resistirse ni a las ofertas laborales de Rudolf ni a las sexuales de Margot? ¿Quiénes son esta pareja de franceses? ¿Son sinceros o, por el contrario, ocultan algo? ¿Puede confiar en ellos? ¿Son peligrosos? El libro se divide en cuatro partes. La primera está narrada en primera persona y es la que más me ha gustado. Se cierra con un final abierto, dejando al lector en suspense, con una gran tensión e intriga después de que la vida de Adam cambie tras un suceso ocurrido mientras paseaba con Rudolf una noche por un parque de Nueva York. En la segunda parte, narrada en segunda persona, conocemos el pasado de Adam, su infancia, su adolescencia. Conocemos también a sus padres y a sus hermanos, especialmente a su hermana Gwyn, con quien mantiene una relación peculiar que, según he podido leer en algunas reseñas, ha resultado repugnante a muchos lectores y que en cambio a mí no me ha provocado asco, pudor, vergüenza ni mucho menos repugnancia. Ni siquiera ha conseguido escandalizarme. Más bien me ha dejado fría, esta parte de la historia me ha resultado redundante, repetitiva, demasiado extensa y, en definitiva, lejos de provocarme, me ha dejado indiferente. La tercera parte está narrada en tercera persona y en ella conocemos a Jim, un antiguo compañero de Adam, un escritor consagrado, que será el encargado de leer los tres capítulos escritos por Adam en los que él mismo narra todo lo ocurrido en 1967. Pero, ¿es cierto todo lo que se narra en esos tres capítulos escritos por Adam titulados Primavera, Verano y Otoño? ¿Qué es ficción y qué es realidad? ¿Qué es verdad y qué es mentira? ¿Cómo saberlo? La cuarta y última parte del libro es quizá la más sorprendente, la que más desconcierta. También es la que está narrada por un personaje inesperado y, al mismo tiempo, la que da un salto mayor tanto en el tiempo como en el espacio. A lo largo de sus páginas, Invisible nos traslada a Nueva York, a París, a California e incluso a una pequeña isla perdida en el Caribe. Una vez más Auster vuelve a hacer gala de una historia narrada en espiral, historias dentro de historias, en las que las narraciones, los escritores, los libros y, en definitiva, la literatura, cobran un gran protagonismo. Creo que la estructura narrativa es una de las cosas que más me ha gustado de este libro, en el que un hombre común nos cuenta la historia de otro hombre común que a su vez cuenta la historia de un tercer hombre común. Auster en estado puro. Me ha gustado también la tensión, la intriga, la trama casi policíaca y negra que hay en la novela. Cómo se abordan temas tan complejos y al mismo tiempo tan comunes como la culpa, la sexualidad, el libertinaje, el bien y el mal, el perdón. En definitiva, lo que más me ha gustado de este libro es el estilo, cómo se cuenta la historia más que la trama propiamente dicha, en mi opinión es mejor cómo se cuenta que lo que se cuenta. Muy a mi pesar no he podido evitar que la historia, los personajes y el argumento me resultasen por momentos demasiado invisibles.