Revista Comunicación
Confiando en su capacidad para escribir un buen texto y en un estupendo trío de actrices, Gracia Querejeta firma Invisibles, película rodada por completo en exteriores, al aire libre, pero de acento teatral. La historia se desarrolla enteramente a través de las conversaciones entre tres amigas, interpretadas por Emma Suárez, Adriana Ozores y Nathalie Poza, mientras caminan por un parque. Cada una de ellas tiene su propia vida y sus propios problemas. El guión de Querejeta y Antonio Santos Mercero se balancea entre las vivencias y conflictos personales de cada una -una ejecutiva agresiva, una profesora de instituto y una florista enfrentada a la hija de su pareja- con temas sociales y de corte feminista. Escuchamos hablar de la (des)igualdad, del 'techo de cristal', también del acoso escolar, de malos tratos y hasta del paro. Todo unido por un hilo conductor que es el de la vida después de los 50, cuando las mujeres, según la queja de las protagonistas, dejan de ser 'atractivas' y pasan a ser 'invisibles'. El gran valor de la película es que esos temas se asoman sin molestar, permitiendo que los personajes respiren y que sean reconocibles y humanos, que podamos empatizar con ellas. No es fácil sostener un film únicamente a través de los diálogos y de la interpretación, pero Querejeta lo consigue en esta pequeña película de historias mínimas que habla de grandes temas como la dignidad o la amistad. Lo más relevante, la mirada de la autora hacia sus personajes, que no juzga sus debilidades, que entiende que la vida es ensayo y error, y que no existe la perfección, ni la felicidad absoluta.