Revista Comunicación

Invisibles (Antena 3)

Publicado el 01 marzo 2010 por Sextohombredigital


Todo el mundo tranquilo.
No lo he visto
(ni falta que hace)
Si el reality televisivo estaba planeando ya sobre niveles absolutamente demenciales, ahora nos adentramos en el terreno de jugar con fuego, lo cual, parece asegurar audiencia la mayoría de las veces (no sé si es el caso, escribo el domingo a las 7 de la tarde). Invisibles pretende ‘acercar una realidad social’ a la audiencia. Bonito eufemismo.
Si ya en 21 días, esa señorita que coqueteó de broma con algunos de los problemas serios de nuestra sociedad, jugó a ser mendiga (también porreta, anoréxica…), ahora, Antena 3 riza el rizo: lo hacen cinco y que sean medio-famosos. Los 'iluminados' son Miguel Temprano (gurú de la comunicación), Álvaro de Marichalar (presunto aventurero), Sofía Mazagatos (se cree que no estaba en el reparto de cerebros), Blanca Fernández Ochoa (vieja gloria deportiva) y Yeyo Llagostera (¿quién es este?). Por lo visto, se han autograbado mendigando por las calles durante diez días.
No me negaréis que está de puta madre la aventura de dormir al raso, en la calle, sabiendo que, cuando pase el plazo pre-pactado, te vas a meter una buena cena, en tu bonita casa, con los tuyos, con calefacción, agua caliente, ropa limpia, una cama. Pues de eso parece que va la cosa, de jugar a ser mendigo en estos días en los que miles de mendigos (de verdad) las pasan putas y decenas de miles de familias están con el agua al cuello. Del ‘conductor’ del programa, ni hablamos. Mejor que siga dándole a la ruletita.
Hacerse eco de ciertas realidades en televisión puede desembocar en proyectos útiles (campaña Ponle freno), pero Invisibles es inoportuno, vergonzoso y de escasa sensibilidad. Si de verdad se pretenden reflejar hechos, el formato es el reportaje o el documental, no el reality.


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LOS COMENTARIOS (1)

Por  Tomás Salinas
publicado el 01 marzo a las 10:59
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Aquí te envío lo que me publicaron en el Diario Información de Alicante la semana pasada. Refleja parte del sentimiento que experimento con solo escuchar el nombre del programita en cuestióa. Un saludo. Vergüenza. Sofoco. Bochorno. Rubor. Terror. Pavor. Estupor. Horror. Indignación. Enfado. Incredulidad. Asombro. Extrañeza… Todo esto y mucho más me invadió la otra noche al ver el anuncio de un esperpento televisivo llamado “ invisibles “ que se emitirá, si la cordura no lo impide, en Antena tres televisión. A todo hay que otorgarle el beneficio de la duda y darle una oportunidad. Pero tan siquiera plantearse el elaborar tan humillante infamia en la situación en la que nos encontramos, es signo de poco corazón y menos cabeza. El argumento no puede ser más indigno; cinco personajes públicos se disfrazan de indigentes e intentan penetrar en su mundo, compartiendo su mala vida. Atreverse a explotar la incuria y la miseria de algunos conciudadanos nuestros en pro de no sé que audiencias, travistiendo a gente de elevados posibles para mutarlos en vagabundos, no sólo es una indecencia y un insulto a la razón. Es una burla hacia el hambre, es una mofa hacia la pobreza, es reírse de aquellos que no saben cuándo, cuánto y qué van a comer y dónde van a dormir. En una sociedad que pretende ser solidaria, estos experimentos de telebasura sobran. Siento asco sólo de escribir estas palabras dándole pábulo al engendro. Estamos en un país libre y hay que respetar la libertad de expresión. Yo lo hago. Pero me levanto ante lo que para mí, y es una modesta opinión, constituye una ofensa.