Revista Cultura y Ocio
Luca Guadagnino reconstruye en Io sono l’amore la vida familiar de los Recchi, unos ricos industriales milaneses. Los ecos de Visconti son inevitables, tratándose también de la caída de unos dioses de la alta burguesía. La actriz Tilda Swinton, Emma Recchi -productora también de la película-, encarna a la esposa y madre de los herederos de la saga, pero la búsqueda de una pasión verdadera la llevará a apartarse del férreo corsé burgués en el que vive encerrada. El estallido de esa pasión se mezcla con la exaltación de la naturaleza, con los sabores, con la cocina, una sensualidad que lo acaba transformando todo. El frío racionalismo de la mansión familiar es abandonado para huir de la tragedia que habita en ella.