Ayer noche debutaba Anna Netrebko en el Gran Teatre del Liceu. Nunca hubiera imaginado mejor debut para la Netrebko, cantando una ópera rusa, para apreciar mejor su expresividad usando su lengua materna, y acompaña también por una magnífica orquesta y coros, la Orquestra Sinfónica y el Coro del Teatro Mariinski de San Petersburgo bajo la dirección de Valeri Gergiev.
Foto: Ruven Afanador
Sin duda un gran mérito el de la dirección artísitica del Liceu al conseguir tener en el escenario lo que tuvimos ayer. Los liceístas pudimos disfrutar de una versión más genuina de la ópera de Chaikovski, en lugar de la Orquesta filarmónica eslovena y el Coro de cámara esloveno bajo la dirección de Emmanuel Villaume, con la que realizó una gira por Europa antes de fin de año y prácticamente con el mismo reparto de cantantes. Parece ser que Deutsche Grammophon editará Iolanta próximamente con el reparto de la gira lo que hace más especial lo que escuchamos anoche.
La impecable ejecución de la Orquesta Sinfónica del Teatro Mariinski bajo la dirección de Gergiev, con unas cuerdas que sonaban extraordinariamente bien, y su dirección meticulosa nos ofreció una vívida Iolanta engrandecida por la interpretación de Anna Netrebko, tal es el poderío vocal de la soprano rusa. Su voz oscura, homogénea en todo el registro, amplia y de gran proyección llenó la gran sala del Liceu sin problemas.
Ya me gustó Anna Netrebko en la primera aria del primer acto, pero el maestro Gergiev, muy estricto, no dejó hueco para un primer aplauso para la diva. No se pudo aplaudir a la Netrebko hasta el final dúo con el tenor donde el público ovacionó con ganas el extraordinario agudo final de la rusa, y es que el público tenía muchas ganas de exteriorizar lo bien que se lo estaba pasando. A continuación el vídeo del final del dúo para que podáis valorar lo que comento.
Vídeo de LiceuOperaBarcelona.
El bajo Sergei Aleksashkin ofreció un dramático Rey René, muy preocupado por su hija, con un timbre típicamente eslavo. El tenor Sergei Skorokhodov, como Conde Vaudémont, con un bonito timbre y buena línea de canto protagonizó un excelente dúo con la Netrebko. El barítono Alexander Gergalov, como Robert, me pareció un poco forzado en sus intervenciones aunque fue suficiente.
Notables Yuri Vorbiev, como Bertrand, Natalia Yevstafieva, como Marta, y Andrei Zoric, como Almeric. Bien Eleonora Vindau, como Brigitta, y Anna Kiknadze, como Laura. Edem Umerov, como Ibn-Hakia, no me acabó de gustar.
Una gran noche liceística, gran triunfo de Anna Netrebko en su debut liceístico y una gran ocasión de escuchar un Chaikovski genuinamente ruso que espero repetir el domingo.
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