Este dolor tiene que ser castigado si el mundo quiere llamarse humano. Las guerras alimentan a las poderosas naciones que venden las armas y tienen el poder abusivo de deshacer lo que les viene en gana, a golpe de decisiones que se toman en despachos ajenos a la realidad de la vida, por hombres y mujeres sin corazón, sin venas en la sangre, autómatas del dinero y con cerebro de hierro, helado, podrido y asquerosamente repugnante.
Esto no puede quedarse ahí, en la simple información, en levantarnos las manos sobre la cabeza o taparnos los ojos y los oídos ante tanta amargura y bestialidad del ser humano. Los responsables tienen que ser juzgados por crímenes de guerra, tienen que sentarse en el banquillo de los acusados al igual que se sentaron los responsables nazis de las matanzas en los campos de concentración.
Estados Unidos, Reino Unido y España, representantes de las fuerzas internacionales, que declararon la guerra a un país de por si machacado por la propia dictadura de sus gobernantes, tienen que ser juzgados por lo que hicieron y haber engañado al mundo diciendo que actuaban en defensa de la humanidad y porque existían armas de destrucción masiva. Una vez comprobado que no fue así, no vale decir perdón, solo vale ser juzgados por crímenes contra la humanidad, por estas matanzas de civiles que han sido ocultadas al mundo.
Más de 100.000 civiles han sido asesinados sin contemplaciones, sin miramientos, sólo con la acción del gatillo fácil y asesinando bajo el paraguas de una guerra ilegal.
Niños y mujeres que además de soportar la dictadura de su propio país, fueron victimas de unos guerreros superhéroes que se suponía entraban para liberarlos y no para matarlos.
Me da vergüenza, asqueo, rencor, vómito....pertenecer a esta sociedad que consiente tanta maldad entre los políticos y los profesionales de la muerte, que sólo buscan poderío y beneficios propios. Niños inocentes desangrándose en las calles, mujeres gritando de dolor, hombres desesperados que se rasgan las vestiduras ......olor a miedo, sangre...muerte.
Los ejecutores de estas muertes, sus mandos, los políticos que los dirigieron y los responsables máximos de las naciones implicadas que sabían perfectamente las atrocidades cometidas por sus hombres llamadas frecuentemente "efectos colaterales", deben de sentarse en el Tribunal de Estrasburgo por crímenes contra la humanidad. No podemos consentir que se olvide y en nombre de esos miles de inocentes muertos sin compasión, tienen que ser juzgados y condenados.
Se que esto es la punta del Iceberg, de todos los actos que han cometido las naciones y sus servicios de inteligencia en nombre de un falso ideal patriota. Si todos los archivos secretos de los estados se abrieran a los ojos del mundo, veríamos asombradamente como se manipulan las guerras, los golpes de estado, las crisis económicas y todas las barbaridades que gentes sin escrúpulos y con una ambición sin medida, manejan a su antojo los destinos de las naciones.
Pero estos documentos que han salido a la luz pública son reales, están ahí y son una prueba de los asesinatos que se cometen en los conflictos bélicos. Si no somos capaces de llevar a los tribunales a los responsables directos y a sus mandos por estas acciones criminales, si no somos capaces de llevar ante los tribunales a los políticos responsables de estas matanzas, si no somos capaces de que el peso de la Ley caiga sobre ellos....entonces, la humanidad deja de ser humana y el ser humano se convierte en el peor de los seres que jamás haya poblado la Tierra.
Revista Sociedad
Lamentablemente se ha descubierto lo que muchas personas sabíamos que había pasado en la guerra de Irak, más de 100.000 personas civiles (niños, mujeres, hombres...) ajenos a la barbarie de las armas y las políticas nefastas de los gobiernos, han sido ASESINADOS sin que nadie haya sido castigado. Las Fuerzas Internacionales que entraron en Irak engañando al mundo sobre armas de destrucción masiva, ahora dejan al descubierto que la única arma masiva de destrucción, han sido los intereses internacionales por conquistar un país que ha quedado destruido, sin vida, sin color y sin una sonrisa en los niños por la ambición del petróleo, de intereses económicos.