Durante más de medio siglo Behesht Zahra, un cementerio masivo en las afueras de la capital de Irán, ha proporcionado un lugar de descanso final para los iraníes. Heroes de guerra, celebridades, artistas, pensadores y líderes se encuentran sepultados allí.
Pero el camposanto más grande del país está luchando para mantenerse al día con la pandemia de coronavirus que asola Irán. Más del doble de la cantidad habitual de cuerpos llegan cada día y los sepultureros se mantienen excavando miles de nuevas parcelas.
“Todas las crisis que hemos experimentado en este cementerio durante los últimos 50 años de su historia han durado solo unos días o una semana como máximo”, dijo Saeed Khaal, gerente del cementerio. Señala que ni durante los terremotos o durante la guerra con Iraq, el ritmo de los cuerpos que fluyen hacia Behesht Zahra había sido tan alto durante tanto tiempo.
“Ahora llevamos 260 días en crisis y no está claro cuántos meses más vamos a estar enfrentando esta crisis”, añadió. Behesht Zahra se extiende por unos 5 kilómetros cuadrados y alberga a más de 1,6 millones de cuerpos. Pero Irán está remontando una ola de casos desde mediados de septiembre. Tan sólo ayer reportaron más de 10 mil casos en un día, el triple de lo que se habían registrado en el pico más alto durante marzo y mayo.
Irán ya acumula 715.068 casos de COVID-19 y al menos unos 39.664 muertos asociados con la enfermedad, siendo los más afectados de la región. Teherán, la capital, es la ciudad que acapara la mitad de las muertes y por eso la presión sobre el cementerio.