Como bien sabemos, los estados, unos más que otros, unos más directamente y otros más sutilmente, no son amigos de que sus pueblos tengan acceso al conocimiento. El poder no es amigo del libre conocimiento, ni de una ciudadanía crítica y formada. China, Corea del Sur, Cuba, Arabia Saudí, Siria, Turkmenistán, Vietnam, Uzbekistán... son otros países que el Comittee to Protect Journalists (CPJ) y Reporteros sin Fronteras (RSF) tienen en el punto de mira de sus denuncias a la hora de no respetar la libertad de expresión (ni en la red ni en la calle)
Pues Irán ha dado en el clavo. Para evitar que se le acuse de censurar páginas de Internet, ha decidido tirar por la calle del medio: en vez de censurar, se suprime Internet y todos contentos. Mientras los ciudadanos de Tunez, Egipto o Libia, entre otros, se valían de Internet para coordinarse para derrocar las dictaduras que gobernaban sus países, el director de telecomunicaciones de Irán, Reza Bagheri, anunció que pronto el 60% de los hogares del país y de los negocios tendrían acceso a una red interna de comunicación. Y que en dos años la red cubriría todo el país. Sólo los bancos y grandes compañías tendrían Internet, para no cortar los negocios con el exterior.
Además de su propia red, están desarrollando un sistema operativo propio, para no depender de microsoft y, mucho menos, del software libre (no olvidemos que son alérgicos a esta palabra) Según el presidente Ahmadineyad, "la red interna fortalecerá el país y preservará nuestra sociedad de la amenaza de invasiones culturales"[+info]alfonsovazquez.comciberantropólogo