Irene Lahuerta, en el Príncipe Felipe. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords.
Toni Delgado / ZaragozaTiene una mirada que convence y casi ilumina al receptor. Mientras Irene Lahuerta (Zaragoza, 1996) atiende a Cronómetro de Récords, varios niños y niñas no pierden detalle de la conversación. La base del Stadium Casablanca es un buen ejemplo a seguir. Por cómo habla se nota que es entusiasta y perfeccionista. Tras vencer al Bàsquet Femení Sant Adrià, jugará las semifinales de la Copa de la Reina de Zaragoza con su Stadium Casablanca ante el Uni Girona este sábado (Teledeporte, 16:00 horas).
—Una victoria apurada en casa, partido eléctrico con un rival que, como vosotras, no se viene abajo... ¿Qué sientes ahora?Sólo alegría. Es emotivo haber pasado a semis en la Copa y ante nuestra afición. Nos ha costado mucho. —Dos jugadoras han acabado rompiendo el partido: Gaby Ocete, que ha jugado mucho mejor después de salir cojeando por un golpe, y Shacobia Barbee, que ha demostrado su esencia: velocidad de piernas y manos. Nos estaba costando un poco entrar en el partido y ellas han hecho lo que mejor saben hacer. Han dado un pasito hacia delante y eso nos ha llevado a ganar.—En una crónica de tu etapa en el Barça CBS calificaban tu dirección en la pista de "mágica". ¿Cómo la definirías tú?No lo sé. Siempre se me ha caracterizado por eso. Me gusta mucho llevar al equipo en la sincronización que creo conveniente. Obviamente en Liga Femenina y en un equipo como éste, cuesta un poquito más. Poco a poco voy aprendiendo. —Juegas un poco más que el año pasado. ¿Notas la experiencia del año pasado y el anterior en el primer equipo?Los minutos se agradecen mucho y te ayudan un poco a coger confianza para el juego. Noto un cambio muy grande con respecto a los últimos cursos. Estoy muy contenta. —¿Piensas más rápido en la pista ahora?¡Sí! [Se ríe]. Antes estaba un poco más bloqueada y ahora me sale todo solo. —¿Estás suelta como en tus dos años en el Barça CBS?Tal cual. Recuerdo aquella etapa con mucho cariño. Ganamos una Lliga Catalana ante el Segle XXI. Me compenetraba muy bien con Claudia Garcia, una gran amiga. Esos años me ayudaron a estar donde estoy ahora. —¿Te costó amoldarte al principio equipo? ¿Te imponía el grupo?Sí, y la Liga Femenina. Poco a poco he ido cogiendo confianza. —¿Cómo recuerdas la llamada de Víctor Lapeña para fichar por el Stadium Casablanca? Fue increíble. No me lo esperaba... Para nada. Volver a casa y en Liga Femenina. Fue un plus de motivación para seguir creciendo como jugadora. —Google es muy mágico y he encontrado una cosa tuya que no sé si sabrás que está... [Se ríe]. Tu trabajo de investigación. ¡Ah! ¡Buenoooo! —La mujer en el deporte. Partías de la hipótesis de que el deporte femenino no es prácticamente entre la población joven". Hiciste 210 encuestas. El 90% de los encuestados/as conocían a tres deportistas masculinos y el 50% a tres deportistas femeninas. Lo entregaste en 2014. ¿Crees que esto ha cambiado desde entonces?Yo creo que sí. Poco a poco el deporte femenino va cogiendo esa importancia que no tenía. —En el trabajo, además de entrevistas a deportistas [no se acuerda de a quienes], explicabas tu experiencia personal. ¿Tu balance de entonces se parecería al actual?Creo que sí. Diría que me comparé con los jugadores del primer equipo del Barça. Era una diferencia muy grande. Ahora la base sigue siendo esa: continúa habiendo bastante diferencia con el baloncesto masculino, pero, poco a poco, se van viendo los resultados. La selección absoluta está acumulando muchos éxitos y cada vez tiene más repercusión. La diferencia se va haciendo más estrecha. —A veces el problema, y no lo digo por las chicas de vuestra cantera, es que las niñas no se fijan en las grandes. Poco a poco hay que ir mejorando esa situación. —Tuviste una lesión bastante grave. ¿Qué te enseñó?Sobre todo a tener paciencia y a valorar lo que es estar alejada de las pistas. Me creía incapaz de estar una semana sin poder entrenarme y estuve un año. Me ayudó muchísimo. —¿Cómo ayudaste Vega Gimeno durante su lesión?Ya había tenido el mismo percance en la rodilla y ya sabía qué era. Le decía que tuviese paciencia, especialmente en la recta final, cuando mejor se veía y quería entrar. Aunque tampoco tenía mucho que decirle porque es una persona súper positiva. Siempre saca el lado positivo de todo.