Traducción: Juan Carlos DuranAño: 2015ISBN: 978-84-204-1217-7Nº de páginas: 400
Había visto muchas opiniones positivas de los libros de Pierre Lemaitre por lo que era un autor que llevaba tiempo en mi lista de pendientes, aunque no acababa de encontrar un hueco entre mis lecturas para animarme con él. Por fin y gracias a la organización de una lectura conjunta le ha llegado el turno, siendo Irène el título seleccionado, obra con la que el autor da inicio a la serie protagonizada por el comandante Camille Verhoeven.El comienzo de "Irène" nos traslada hasta abril del año 2003, momento en el que conocemos a Camille Verhoeven, comandante de la Brigada Criminal de París felizmente casado con Irène, y a la espera de convertirse en padre por primera vez. Será él quien se encargue, con la ayuda de los miembros de su equipo, de investigar el brutal asesinato de unas mujeres que han aparecido descuartizadas en un piso de Courbevoie, y no tardará demasiado en averiguar que estos no son los primeros crímenes cometidos por el asesino, quien parece seguir un patrón que hará necesario buscar ayuda y asesoramiento externo. Además de la complejidad de la investigación, el caso se complicará aún más cuando la prensa se haga eco del suceso y los movimientos de Camille se conviertan en el punto de mira, ocupando sus avances e incluso su vida privada las portadas de las noticias.
Pierre Lemaitre
Mi estreno con Pierre Lemaitre no ha podido ser más acertado pues Irène ha sido un libro cuya lectura me ha absorbido por completo, y ya estoy deseando continuar con la lectura de Alex y de Rosy & John, las siguientes entregas de esta tetralogía, más teniendo en cuenta que en mayo se publica el último, Camille. Aunque hay otras series de este tipo en las que no importa el orden en el que leamos los volúmenes que las componen, en el caso de esta creo que es fundamental comenzar por Irène pues en los siguientes se habrá desvelado su final, con lo que la lectura no será igual de intensa."Iréne" se presenta dividido en dos partes aunque es la primera la que ocupa prácticamente la totalidad de las páginas del libro. No es la única división que vamos a encontrar ya que cada una de ellas está estructurada en lo que equivaldría a los capítulos, los cuales vienen introducidos por la indicación de la fecha en la que tiene lugar la acción, y a su vez estos presentan su propia división interna en partes numeradas. Esta estructura hace que la lectura sea muy ágil y dinámica, más considerando el ritmo vertiginoso que tiene, que no nos da respiro desde un principio.El libro está narrado con un estilo directo, preciso y descriptivo, empleando Pierre Lemaitre un cuidado lenguaje y destacando el excepcional manejo que realiza de la tensión y el suspense, así como la construcción de diálogos, que son uno de los elementos en los que apoya el desarrollo de la trama, siendo por tanto bastante abundantes. Mientras que en la primera parte utiliza un narrador omnisciente en tercera persona, en la segunda encontramos el uso del tiempo presente, lo que contribuye a que cada una de las escenas se desarrolle de una forma más intensa, como si fuésemos espectadores directos de lo que está ocurriendo. Además para esta segunda parte Pierre Lemaitre se reserva un giro argumental que es un auténtico golpe de efecto para el lector, quien no podrá parar de leer hasta llegar al desenlace. Un desenlace en el que tienen lugar hechos que son un tanto predecibles, o al menos yo desde que comencé a leer esperaba que ocurriese algo así con un personaje en concreto, aunque por otra parte esto ha contribuido a que haya leído cada capítulo con una tensión creciente esperando que le sucediese algo en cualquier momento.Os comentaba que Pierre Lemaitre tenía un estilo muy descriptivo y esto se aprecia especialmente a la hora de describir cada uno de los crímenes, reproduciendo estas escenas con todo lujo de detalles, lo que hace que la lectura de ciertas partes se torne un tanto complicada por lo gráficas, violentas y desagradables que resultan. No queda nada a nuestra imaginación y esta minuciosidad hace que nos estremezcamos y horroricemos ante la brutalidad de los asesinatos, por lo que aquellos lectores más sensibles deberán tener en cuenta esto si deciden animarse con la obra de Pierre Lemaitre.Camille Verhoeven es la figura en torno a la que se construye esta serie policíaca y por lo tanto ostenta todo el protagonismo. Es un personaje que me ha gustado pues se aleja del típico protagonista que solemos encontrar en este tipo de series, resultando bastante peculiar. No vamos a encontrarnos, al menos de momento, con un hombre atormentando ni refugiado en el alcohol sino que Verhoeven lleva una vida feliz en compañía de su esposa Irène, con la que espera el nacimiento de su primer hijo. El comandante es un excelente profesional, dedicado a su trabajo, reservado, inteligente, audaz y eficiente a pesar de recurrir en algunos casos a métodos poco convencionales, pero sin duda el rasgo que más destaca en él es físico pues tan solo mide un metro cuarenta y cinco centímetros. Su personaje queda cuidadosamente construido presentando multitud de matices que nos dan una idea de su carácter en diferentes ámbitos y nos ayudan a conocerle con bastante profundidad, aunque imagino que en las siguientes entregas el personaje irá evolucionando en función de los hechos que ha protagonizado en este volumen.Camille se rodea de un brillante equipo de investigación al que también vamos a llegar a conocer bastante bien pues Pierre Lemaitre nos facilita información tanto del plano profesional como del personal. Al frente de todos ellos se encuentra el comisario Le Guen y Armand, Louis y Maleval son las tres personas que forman el equipo de Verhoeven, respondiendo a tres personalidades muy diferentes. Louis es un joven que a pesar de pertenecer a una familia rica decidió ingresar en la policía, convirtiéndose gracias a su forma de ser y profesionalidad en el colaborador más cercano de Verhoeven mientras que Armand y Maleval son la antítesis uno del otro. Maleval es un vividor que cuando no está trabajando disfruta de la noche, el juego y las mujeres, mientras que Armand destaca por su avaricia y tacañería, rasgos que le han servido para llegar a ser uno de los policías más escrupulosos y eficientes.Y como no podía ser de otra manera teniendo en cuenta el título de la novela, junto a ellos y al margen del plano profesional está el personaje de Irène, la bella esposa de Verhoeven que se encuentra en un avanzado estado de gestación y que parece responder al prototipo de esposa perfecta: dulce, comprensiva, paciente y cariñosa.Dentro de un género encontrar obras que ofrezcan algo diferente siempre es positivo y esto es lo que ocurre con Irène, la premisa que utiliza Pierre Lemaitre para establecer el patrón que sigue el asesino a la hora de actuar me ha resultado original. Sin entrar en detalles para no estropear su lectura, tan solo comentar que en Irène tenemos un componente metaliterario muy interesante y que además está perfectamente entrelazado en el desarrollo de la trama, por lo que hay que reconocer que Pierre Lemaitre habrá tenido que llevar a cabo cierta labor de documentación para hallar aquellas obras que mejor encajasen con lo que quería transmitir.En definitiva, Irène de Pierre Lemaitre es un libro que si sois aficionados a este género os recomiendo leer sin lugar a dudas. Un planteamiento diferente en el que el autor juega con el lector de una forma magistral, haciendo que la tensión vaya en aumento a medida que avanzamos y convirtiéndose así en una lectura que es imposible abandonar antes de alcanzar la última página.Si te ha gustado mi reseña, puedes comprar Irène a través de los siguientes enlaces:Gracias a la editorial por facilitarme el ejemplar para su reseña