Revista Viajes

Irishtrip, conociendo Irlanda, vol. II

Por Oscar Oscar López Castedo @oscarcastedo

Cuando viajas por Irlanda te arriesgas a que un aguacero descargue sobre ti y te deje completamente calado. Eso fue precisamente lo que nos sucedió a Kevin y a mí cuando volvíamos al B&B, así que tuvimos que cambiarnos hasta los gayumbos!

La ciudad de Galway nos acogió con su meteorología más autóctona, viento, frío y lluvia, propia de una ciudad costera del oeste. Ciudad cultural que tuvo su época de esplendor gracias al comercio con Portugal y España, hasta el x. XVII que entró en decadencia, período que Dublín aprovechó para emerger como puerto importante.

Gaviotas en Galway

Gaviotas en Galway

Siguiendo la recomendación de la dueña del B&B almorzamos en el “Ard bia café restaurant” , un local agradable y con decoración hogareña de diferentes tipos y estilos de mobiliario. Puede llegar a ser un tanto claustrofóbico ya que está en un viejo edificio situado al lado del dique de entrada a la ciudad, y los techos son bastante bajos en algunas de las habitaciones. Las paredes están repletas de libros, entre los que destaca uno con recetas del propio restaurante, que por supuesto se puede comprar. La comida una mezcla entre casera, puchero, sándwiches, ensaladas y platos de pescado. Bien el precio y servicio.

Hay que perderse por las calles repletas de pubs y restaurantes, muchos de ellos con música tradicional irlandesa en directo (sobre todo a partir de las 17h-18h), que se disfruta al máximo con una pinta de Guinness.

Todavía quedan los restos de las murallas de la ciudad, cerca del Spanish Arch, situado al lado del puerto antes de entrar en las calles centrales de la ciudad.

En caso de que queráis buscar regalos y recuerdos hay multitud de tiendas de artesanía local como Barnagifts con regalos originales, complementos, marcos, espejos, etc.

Durante todo este viaje, el momento más esperado del día, llegaba con la hora de las pintas y el recorrido por los pubs. En esta ocasión disfrutamos del espumoso orgullo nacional y la música de guitarras, violines y gaitas en el Tig neatchan pub un local pintoresco y acogedor situado en la calle central, la segunda parada en el Taaffes pub aquí la música es el punto central del pub. El Tig Coeliun fantástico pub, con una terraza lateral cubierta.

Para cenar, Oscars seafood bistro al ser una ciudad costera, degustamos unos excelentes mejillones además de que la carne estaba exquisita también. Si buscáis un local atractivo y con un menú apetitoso donde cenar, este es vuestra opción!

Acantilados de Moher

Acantilados de Moher

Vuelta al B&B a descansar y reposar las pintas, al día siguiente nos esperaba un viaje exigente por las sinuosas y tortuosas carreteras irlandesas, los acantilados Moher siguiente objetivo.

Para llegar a los acantilados de Moher atravesamos varios pueblos y ciudades irlandesas. La primera parada desde Galway fue Kinvara, siguiendo la carretera que bordea la costa, N18 y N67, éste es un idílico pueblo costero del oeste de Irlanda. Fantástico ver el contraste entre el verde estridente de los campos y el azul oscuro del mar del Atlántico Norte. Estiramos las piernas y café con tarta que nos ayudó a seguir el resto del viaje.

Atención, aquellos que os mareéis al viajar en coche por carreteras estrechas y tortuosas id provistos de suficientes pastillas contra el mareo, estas carreteras se las traen.

Siguiente parada fue Ballyvaughan otro pequeño pueblo costero siguiendo la N67 de la costa. Llegamos a Doolin, situado en la costa noroeste en la región de Shannon, condado de Clare. Está situado a 8km de los acantilados de Moher, nuestro destino final. El pub Fitzpatrick’s es perfecto para descansar después de un paseo por el campo y la costa de este pequeño pueblo. Llegamos a nuestro destino, Cliffs of Moher  una atracción turística de primer nivel, donde los acantilados penetran en el mar con la agresividad de unos cuchillos afilados, y la mezcla de los tonos verdes y azules le da un aspecto salvaje a todo el entorno.

El precio de entrada de los acantilados son 6€, e incluye el parking, ya que no hay espacio para aparcar el coche. Aunque parezca excesivo, el mantenimiento de las instalaciones (construidas bajo la montaña para minimizar el impacto) y conservación del entorno los valen.

Para comer, el Vaughans Anchor Inn  fue una gran elección. Excepcional para comer marisco que es el plato principal, tiene también habitaciones en las plantas superiores y pub al lado del restaurante. El restaurante ha recibido varios premios, y la verdad por el aspecto, calidad, presentación y entorno son merecidos. El fish and chips muy rico.

Waterville

Playa en Waterville

Nuestro destino final era Killorglin, condado de Kerry, pero antes parada en Adare en el condado de Limerick. Es una ciudad pequeña pero de las más bonitas, y es considerada como un patrimonio nacional irlandés. La calle principal, donde está la oficina de turismo tiene casas al más puro estilo de arquitectura local, con casas bajas de tejados de paja. Es famosa también por sus campos de golf, aquí se jugó el Open de Irlanda del 2.007 y por celebraciones de boda, de hecho encontraréis multitud de tiendas dedicadas a ello. El castillo de Desmond está en esta pequeña villa irlandesa.

De nuevo por las tortuosas carreteras, llegamos cuando estaba anocheciendo a Killorglin. Allí nos esperaba la familia de Kevin, sus tíos y su adorable perro “flufy” Si en alguna ocasión tenéis dudas sobre el carácter de los irlandesas, esta familia es el claro ejemplo de la amabilidad, hospitalidad y sencillez. Además disfrutamos de espectaculares cenas, cordero, solomillos, postres caseros y todo acompañado con buenos vinos! Fueron dos noches geniales en las que nos sentimos como en casa.

A la mañana siguiente, nos despertamos con la resaca de la contundente y deliciosa cena de la noche anterior, así que tras un desayuno ligerito nos dispusimos a recorrer el anillo de Kerry. Se trata de un circuito turístico dentro del condado de Kerry. Incluye diversos ciudad desde la que salíamos, Killorglin, Killarney, el Parque Nacional de Killarney, los lagos de Killarney

Llegamos a la bahía de St. Finians, una pequeña playa rodeada de montañas y verdes praderas. Allí encontraréis una fábrica de chocolate,  Skelligs Chocolate,  un pequeño negocio familiar que se dedica al chocolate, podéis comprar de todo! En el camino a través de la costa se divisan, si la lluvia y las nubes lo permiten, las Skelligs Rocks  donde se sitúa un monasterio creado en los inicios de la cristiandad en Irlanda.

Ladies view

Ladies view (Killarney)

Nuestro siguiente destino fue Waterville un pequeño pueblo costero que es conocido por ser uno de los lugares preferidos de Charles Chaplin. Existe una escultura del gran artista en un jardín situado enfrente de la playa.

Fantásticas las vistas y paisajes por la carretera N71 que nos llevó al Moll’s gap, aunque de nuevo, si tenéis tendencia a mareos, id provistos de una buena dosis de biodramina, porque hay curvas hasta aburrirse. Éste es un paso de montaña que lleva hacia el Parque Nacional de Killarney. Merece la pena hacer una parada y bajar hasta el lago, simplemente para descansar, contemplar la naturaleza, animales y paisajes de las montañas irlandesas. Este es un punto bastante conocido para los turistas, así que no os sorprenda encontrar caravanas o ciclistas haciendo la ruta desde Killarney.

Antes de regresar a Killorglin pasamos por el Parque Nacional de Killarney , y siguiendo el camino desde un área de descanso llegamos hasta una maravillosa cascada.

La última parada del día fue en un punto privilegiado, el Ladies View desde allí se contemplan tres lagos de Killarney, bosques de robles, Torc Mountain, Purple Mountain y MacGillycuddy Reeks.

Volvíamos con la familia de Kevin, y de nuevo nos esperaba una deliciosa y suculenta cena, casera, a base de carne y verduras, hecha con todo el cariño familiar de la tía Anette y la selección de vinos de su marido Tom. Muchas gracias de nuevo por su fantástica acogida, sin duda un ejemplo de la hospitalidad irlandesa.

Próximo destino hacia Kinsale…


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