Los vikingos llegaron a Irlanda desde Escandinavia a finales del siglo VIII en sus famosos barcos con objetivos algo imprecisos: saquear, comerciar y aprovisionarse de alimentos para alimentar a los suyos durante los largos y crudos inviernos.
Su paso por aquí puede resumirse brevemente en dos eventos:
1. Su primera recalada registrada en el año 795 -en la invasión de la Isla de Rathlin, en la costa de Antrim- y la Batalla de Clontarf (1014), en la que el rey supremo Brian Boru murió durante la victoria de sus tropas sobre los vikingos de Dublín.
2. En este período, los vikingos saquearon muchos monasterios -que poseían tesoros de oro y bronce, por no citar los valiosos manuscritos-, crearon lazos comerciales, lucharon contra algunos reyes irlandeses y, en general, sembraron el caos entre la población local.
Uno de los senderos de destrucción/creación -como quiera verse- que dejaron discurre entre los condados de Waterford, Kilkenny, Wexford y Dublín. En la actualidad aún quedan rastros de su presencia aquí y creemos que puede ser un itinerario interesante para aquellos que viajan por la costa este y sureste de la isla.
Fuente:
- "Irlanda de los Vikingos: La Costa Este".