Irlanda se ha levantado hoy con la tarea de elegir un nuevo presidente para la República en unas elecciones marcadas por la gran variedad de candidatos entre los que se encuentra uno abiertamente gay.
Uno de los candidatos a la presidencia del país, el senador independiente David Norris, abiertamente gay, encabezaba hace tan sólo unos meses las encuestas de las elecciones presidenciales. Lamentablemente tras varios escándalos publicados alrededor de su figura, Norris sólo obtendría un 8 por cien de los votos.
El puesto de Norris ha sido tomado por el empresario independiente Seán Gallagher, que es el favorito con un 40 % de apoyo en la encuestas y se espera sea el próximo presidente.
Le sigue muy de lejos el candidato laborista Michael D. Higgins con un 25 %.
Sean Gallagher, favorito en las encuestas para ser el próximo presidente de Irlanda
David Norris se alzó con cuotas inesperadas de popularidad hasta que saliera a la luz que su ex pareja había sido acusada de abusos a menores. Algo que nada tiene que ver con el candidato, pero que ha sido usado como arma arrojadiza contra una opción de cambio que había tomado mucha fuerza.
El “fallo de Norris” que le llevó a la debacle en las encuestas fue cometido hace 14 años, cuando defendió en una carta enviada a un tribunal israelí que Ezra Yizhak, con el que había mantenido en el pasado una relación, era “una persona buena y moral”, y argumentaba que había caído en una trampa.
Tras la salida a la luz de la carta y el posterior acoso mediático, Norris decidió retirarse de la carrera por la presidencia del país, pero días más tarde y tras ver que seguía disponiendo de un gran apoyo en las encuestas, decidió dar marcha atrás y presentarse como candidato.
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