¿Irlanda o Escocia? – La revista de viajeros del mundo

La felicidad de la naturaleza cuando brilla desde el último aguacero; placer de lagos oscuros y calas abandonadas, cuidado, fantasmas milenarios y almas errantes de marineros que ya no se esperan; Pubs con carpintería oscura y musgo cremoso: aquí late el corazón del país. Trébol verde brillante en el lado irlandés, cardo azul marino en Escocia, aquí hay dos personajes que se atemperan bien ya sea por la lluvia o el rocío del mar. Diríamos que son similares pero no hay confusión, cada uno reivindica con razón su carácter y su singularidad. Entonces, Edimburgo o Glasgow, a menos que sea Cork o Dublín, ¿cuál será su próxima pista de aterrizaje? Irlanda o Escocia: el partido a diez rondas.

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Papeles por favor

Menos de 500 kilómetros separan las capitales de ambas entidades, Edimburgo (Escocia) y Dublín (Irlanda). Pero el primero es parte integrante del Reino Unido desde 1707, aunque recientemente tuvo un parlamento (1998) con poderes limitados, aunque el deseo de independencia entra regularmente en el debate político. Por otra parte, Irlanda, la Irlanda de los poetas, es una república orgullosamente independiente desde 1922, privada de su región norte, permaneciendo fiel a Inglaterra, convertida en Irlanda del Norte. Así, Irlanda es miembro de la Unión Europea, mientras que Escocia lo es sólo a través de Gran Bretaña. Por tanto, el Brexit restablecerá una frontera entre el Reino Unido e Irlanda, además de Francia.

Veredicto: ventaja de Irlanda

Dublín (Irlanda) – Robert Haidinger/LAIF-REA

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Cuando lleguemos a la ciudad

Se necesitan 1h45 para volar entre París y Edimburgo, Glasgow o Aberdeen (Escocia), y 1h50 antes de aterrizar en Dublín, a menos que se opte por Cork o Shannon (Irlanda). Varias empresas, incluidas las de bajo coste, operan estas conexiones al menos una vez al día. Gran especificidad con respecto a Dublín y Cork: los transportistas también están aumentando las salidas desde nuestras regiones. Y una buena noticia para los fans de Greta Thunberg, tanto a Glasgow como a Edimburgo se puede llegar en tren, de día o de noche, siempre que se tome el Eurostar hasta Londres, desde donde se puede ir a la estación de Euston, a 800 metros sobre el nivel del mar, y tomar el directo. ruta a Escocia. Permite un mínimo de 8 horas de viaje y un precio muy superior al aéreo pero con la buena conciencia de una huella de carbono inmejorable. Por último, tenga en cuenta que hay conexiones de ferry desde Roscoff a Irlanda (Cork y Rosslare).

Los aeropuertos de las principales ciudades de Escocia e Irlanda están a menos de 30 minutos del centro de la ciudad (en taxi, cuesta unos 30 euros). Las principales marcas de alquiler de coches tienen mostradores allí. También tienen una oficina en la ciudad. Los precios son comparables a los de Francia, pero hay que tener cuidado con la conducción por la izquierda y los límites de velocidad expresados ​​en millas, ya que la milla inglesa vale 1,6 kilómetros. Prohibición, como en Francia, de abusar de la media pinta (nuestra mitad de cerveza, unos 30 centilitros) bajo pena de una fuerte multa. En Escocia se fija en libras (1,10 euros), pero en Irlanda se cuenta en euros.

Veredicto: ventaja de Irlanda

Dublín (Irlanda) – Pavel Losevsky/Getty Images/iStockphoto/Thinkstock

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De nuevo en el camino

El permiso de conducir francés está reconocido tanto en Escocia como en Irlanda. Se conduce por la izquierda, todo el mundo lo sabe, es fácil después de una hora de adaptación. Tenga en cuenta, sin embargo, que nada más salir de las ciudades, las carreteras se vuelven muy estrechas, tanto en Irlanda como en Escocia. Estas últimas tienen la especialidad de vías de un solo carril con numerosas zonas de cruce para dejar pasar a la gente. Recuerde también que las señales de tráfico suelen estar en dos idiomas, inglés e irlandés o escocés, pero que a veces sólo aparece este último. Afortunadamente, en el campo, es un placer perderse…

Veredicto: empate

Isla de Skye (Escocia) – Jérôme Galland

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Primera impresión

Cualquiera que sea la ciudad de llegada, Glasgow (600.000 habitantes), Edimburgo (500.000), Dublín (550) o Cork (125.000), el placer de descubrir ciudades de tamaño bastante modesto, por lo tanto fáciles de dominar con un centro (excepto Edimburgo, que tiene dos , uno histórico, otro reciente, con una magnífica oferta museística gratuita) donde hoteles, calles comerciales, museos, pubs típicos, Restaurantes animados y atracciones principales. Cada ciudad ofrece una moderna red de transporte público, así como una flota de bicicletas de autoservicio. Atmósfera pacífica garantizada, aquí como allí, sin empujones ni incivilidad, moderación británica en Escocia, amabilidad casi latina (la mayoría de los irlandeses son católicos practicantes) en Dublín, Cork o Galway y una vida nocturna bastante buena. Buenas noticias: allí se exponen con frecuencia estrellas estadounidenses o británicas de toda la música. No olvide la larga tradición anglosajona de fútbol y rugby que enciende los estadios y los pubs de viernes a domingo. Un verdadero espectáculo garantizado.

Veredicto: ventaja de Escocia

Edimburgo (Escocia) – littleclie/Getty Images/iStockphoto

›› ¿Qué ciudad elegir durante tu estancia en Escocia? Nuestro artículo Glasgow vs Edimburgo: el partido de 10 rondas te ayudará a hacer tu elección.

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en hermosas sabanas

Esta es al menos un área que une a todos. Categoría Relais & Châteaux o posada rural, mansión, granja, casa familiar, versiones urbanas de las principales marcas internacionales, etc. En todas partes, comodidad opulenta y porcelana exclusiva, chimenea para tomar whisky a la antigua usanza (Escocia e Irlanda siempre han discutido sobre la invención de la bebida), desayunos y cenas gigantescos alrededor de las 6 p.m. Cabe señalar, sin embargo, la propensión de Escocia a instalar hoteles con encanto en sus castillos, que evidentemente están encantados. Una delicia.

Veredicto: ventaja de Escocia

Escocia – Faustine Poidevin

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Encrucijada

En Irlanda, por favor adoren el verde. Justo después de la lluvia, cuando vuelve un sol brillante, es excepcional y barre prados de ovejas, páramos desiertos, granjas de pura sangre y valles ondulados. Escocia está mucho más al norte. Así, el cielo grisáceo en sintonía con el Atlántico y el Mar del Norte, velos de niebla y lluvias frecuentes componen un cuadro magnífico en su pureza. Dicho esto, Irlanda tiene una notable variedad de regiones por descubrir: Cork, Killarney y la península de Dingle en el sur, Galway y Connemara en el centro oeste, los innumerables lagos interiores amados por pescadores y excursionistas… El poder del paisaje escocés no es menos, pero sí más austero. En el centro, en las famosas Highlands, las carreteras serpentean en el corazón de un paisaje accidentado poblado por las famosas vacas de pelo larguísimo y mechones salvajes. Aquí, un pueblo sacado de una postal, allá un lago, un espejo oscuro, más lejos, un campo de golf (sí, St Andrews, la meca de los fairways, ¡está aquí!) o una granja de otra época. Los dos se encuentran a orillas del mar. Magníficas playas a lo largo de casi toda la costa irlandesa; y las islas escocesas (Skye, Jura, todos los amantes del whisky piden más) espléndidas cuando calman la ira del océano. Nadar es invariablemente frío, apenas aceptable cerca de Edimburgo, más tranquilo en el sur de Irlanda, entre Rosslare y Galway.

Veredicto: ventaja de Irlanda

Cork (Irlanda) – peterotoole/Getty Images/iStockphoto

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búsqueda del tesoro

Los amantes de la arquitectura medieval sucumbirán al encanto de Escocia con capillas y castillos cuyas piedras resisten milagrosamente al tiempo. Dirígete a Melrose, Jedburgh o Dumfries, donde encontrarás abadías excepcionales en medio de verdes prados y jardines de flores. En cuanto a los castillos, abundan, cada uno más impresionante que el anterior: Dunrobin, Dunnottar, Scone, Glamis, Stirling… Un viaje por carretera de quince días no agotaría la lista. Además, los amantes del aire libre encontrarán lo que buscan en las Highlands pero también en las Islas Shetland, donde la soledad frente al mar añade dimensión al placer de escapar del mundo. Por último, con la primavera, asiste a los juegos de fuerza que tanto gustan a los escoceses. Lanzamiento de troncos, tracción de cuerdas, levantamiento de piedras… Se necesitan faldas escocesas y gaitas.

En Irlanda, un homenaje obligado al gran espectáculo del mar. Siga la carretera que rodea la península de Dingle o haga una pausa en la cima de los acantilados de Moher, en el condado de Clare. Aquí hay recuerdos que durarán toda la vida. Asimismo, pasar dos días en las Islas Aran (ferries desde Doolin o Rossaveal) ofrece la emoción de una soledad perfecta entre minerales, viento y el océano interminable. Por último, abre las puertas de una iglesia rural, cualquier iglesia rural, para ver el fervor de los irlandeses. Muy a menudo, un cartel indica las fechas de las próximas peregrinaciones a Lourdes, con vuelo, hotel y acompañamiento incluidos.

Veredicto: empate

Cairngorms (Escocia) – Faustine Poidevin

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¿Y qué comemos?

En Escocia, nueve restaurantes tienen un macarrón Michelin. Nada mal. En Irlanda hay dieciséis. Es mejor. Pero, sobre todo, este país ha heredado un apetito más abierto al exterior que su vecino, muy influido por las tradiciones culinarias británicas y, por tanto, cruelmente falto de imaginación. Salvo que tengas que probarlo, una gran experiencia, el plato nacional de panza de oveja rellena, más sabroso de lo que su nombre indica. Ambos territorios conceden un lugar privilegiado al pescado, el marisco y las ostras. Irlanda añade una dosis de celebración, sobre todo en Galway que tiene un festival de la ostra cada septiembre, una maravilla. Y también en Kinsale, donde en octubre se celebra un importante festival gastronómico, un placer en un entorno encantador de fachadas coloridas y terrazas animadas, si el tiempo lo permite. Como resultado, a menudo se la considera la capital irlandesa del buen comer. Es algo cierto. En cualquier caso, Irlanda y Escocia se reúnen en la barra del pub más cercano para beber una Guinness negra como la tinta (de origen irlandés) o una Black Isle (Escocia), a menos que vayan directamente al negocio masculino con una bebida de Paddy (Irlanda) o del Jura, repetido como se desee (Escocia) para iniciar el debate sobre el origen del whisky y el país de los monjes que lo inventaron. ¿Escocia o Irlanda? Probablemente será una noche larga.

Verdit: ventaja de Irlanda

Irlanda – Turismo Irlanda

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La factura y nos vamos

Escocia paga en libras esterlinas, Irlanda en euros. Aquí está la principal diferencia entre las incorporaciones de los dos países. Tengamos en cuenta que los precios son más bajos en el campo que en la ciudad y que, en general, el coste de la vida es un poco más bajo que en Francia.

Veredicto: empate

Irlanda – Karl Heinz Raach/LAIF-REA

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Y los más bonitos son…

Olvidemos el rugby y sus partidos del Torneo de las Seis Naciones que generan enfrentamientos sólidos, siempre bajo el signo del respeto mutuo. Sea cual sea el rival, el resultado nunca es seguro para el XV francés (en 2019, Francia-Escocia 27-10, Irlanda-Francia 24-16, la conversación continúa), a diferencia de lo que ocurre en el fútbol, ​​donde dominan los blues. La rivalidad continúa un poco a diario en Escocia, donde la dignidad británica ha impuesto desde hace tiempo a Francia el estatus de «mejor enemigo del reino», a menos que admitamos que una gran parte de los separatistas escoceses encuentran encantador el apoyo que reciben. Francia. Además, nadie ha olvidado que Escocia y Francia fueron una vez hermanos de armas y de nacionalidad a través de la Antigua Alianza (firmada en 1295) que unió los dos reinos, obviamente contra Inglaterra. De Gaulle alguna vez se refirió a ella como “la alianza más antigua del mundo”. Sepa también que los escoceses se han pronunciado inequívocamente contra el Brexit. Del lado irlandés la cuestión es muy diferente. La fraternidad con Francia se remonta a los albores de los tiempos, siempre contra la dominación inglesa y potenciada por unas sólidas relaciones comerciales entre Bretaña e Irlanda. Esta simpatía mutua es también religiosa, ya que los dos países son católicos, en comparación con los anglicanos británicos. Recuerdos también de varias circunstancias que decidieron a los reyes de Francia a enviar tropas a Irlanda, entonces en guerra contra Inglaterra. Todos estos acontecimientos siguen suscitando hoy en día una sincera simpatía por los franceses.

Veredicto: ventaja de Irlanda

Por

JEAN-PIERRE CHANIAL

Fotos de portada: Dagmar Schwelle/LAIF-REA & Getty Images/Stockbyte /Thinkstock

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