Si eres de esas personas que prefieren un cielo nocturno sin luna, no temen a la oscuridad o de quienes no encuentran a Lucifer tan malo como lo pintan, seguramente este álbum de Iron Maiden sea uno de tus preferidos. Porque sólo aquellas criaturas capaces de dejar a un lado cualquier tópico y tabú musical podrán disfrutar de uno de los mejores discos del Heavy Metal de todos los tiempos.
The Number of the Beast, publicado en 1982, fue el primer trabajo de Bruce Dickinson en la banda británica. Aunque gracias a los dos anteriores ya habían alcanzado una relevancia considerable, con este despegaron definitivamente hasta el punto de alcanzar el número uno en Reino Unido. En Estados Unidos lograron el Disco de Oro en 1983, a pesar de las dificultades que encontraron tras ser tachados de satánicos por el tema que da nombre al álbum y la carátula del mismo.
Sobre la relación de la banda con el más allá existen muchas anécdotas e historias, algunas de ellas referidas a este disco en concreto. La más curiosa ocurrió durante la grabación. En una lluviosa tarde dominical, Martin Birch, su productor, colisionó en la carretera con un automóvil conducido por una persona muy religiosa. Después de acudir al mecánico, la factura que encontró fue de 666.66 libras. El hombre, aterrado, exigió que la cifra fuera redondeada a 667.
En cuanto a lo estrictamente musical, el álbum contiene tres de las canciones más conocidas de Iron Maiden: The Number of the Beast, Run to the Hills y Hallowed Be Thy Name. Muy recomendables los restantes temas, pero especial atención a Children of the Damned y 22 Acacia Avenue.
- Invaders
- Children of the Damned
- The Prisoner
- 22 Acacia Avenue
- The Number of the Beast
- Run to the Hills
- Gangland
- Hallowed Be Thy Name