Iron Man 3. El do de pecho de Tony Stark

La fase dos del universo cinemático de Marvel ya ha comenzado, y si hace cinco años fue Iron Man quien comenzó la magia de un universo cohesionado como el de las viñetas en la pantalla grande, es lógico que siga siendo Iron Man quien inaugure esta segunda expansión.

Además una vez vista Iron Man 3 da la sensación de que se ha alcanzado un fin de ciclo y de que posiblemente será la última vez que veamos a Robert Downey Jr como Tony Stark, películas de Los Vengadores aparte claro está, parece ser que el actor está cansado ya del personaje o bien que Marvel no está dispuesta a pagarle lo que ya debe de costar, puesto que como se ha dicho recientemente por Los Vengadores le pagaron 50 millones de dólares.

Ésta Iron Man 3 es más que nunca una película de Tony Stark, la armadura estará presente por supuesto, pero el metraje donde Tony estará sin ella es notablemente superior al metraje donde la portará y hay que tener en cuenta que la cinta dura más de dos horas. Tony Stark, quien es, porque hace lo que hace y cual es su papel en el mundo son las bases sobre las que Shane Black ha centrado la trama.

Empezaba esta humilde reseña indicando que ya estamos en medio de un Universo cohesionado. Se sabía de antemano que no aparecería ningún otro superhéroe, ni siquiera en forma de cameo, pero hay referencias a “lo de Nueva York” y a los “Superhéroes” y a como la llegada “del tío del martillo” lo cambió todo.

Y es haciendo referencia a la batalla con los Chitauri la base sobre la que se desarrolla el filme, puesto que Tony Stark pese a su armadura es sólo un hombre, no es un dios, ni un súper soldado, tampoco un prodigio de la ciencia… sólo un hombre y tiene miedo de no poder proteger a lo que más quiere en el mundo que es Pepper Pots. Pepper y Happy también saldrán en la película, pero quedan un poco desdibujados con respecto a lo visto en las dos primeras entregas.

El Tony Stark exhibido en Iron Man 3 es más humano que nunca, tiene ataques de ansiedad, está nervioso todo el rato y no para de preguntarse que le deparará el futuro además de prepararse para él, porque nadie puede asegurar que lo de los Chitauri no pueda repetirse.

La base argumental está centrada en torno al Extremis, un biovirus que puede potenciar al ser humano hasta convertirlo en una máquina perfecta. La trama pese a sus licencias sigue bastante fielmente la obra original de Warren Ellis y Adi Granov, incluso en las motivaciones de la utilización del arma. En pantalla queda genial y hay que destacar que Guy Pierce cumple de sobras como villano, al igual que Ben Kingsley como el Mandarín, villano que esconde una de las mayores sorpresas de lo que llevamos de cine Marvel en pantalla grande.

Técnicamente la película es impresionante pese a que ILM y Stan Winston (éste tristemente fallecido), pero sigue siendo espectacular. Lástima que no haya demasiadas escenas donde podamos ver lucirse a la armadura pero la escena final con todas esas “cosas” que podían verse en el tráiler cumple de sobra, no puedo dejar de mencionar la genial banda sonora de Brian Tyler.

En resumidas cuentas, una película de Iron Man distinta a lo que se podría esperar a priori, asentada sobre todo en la interpretación de Robert Downey Jr. Y con patentes influencias del cine de Christopher Nolan.

8/10