Iron Man: El inicio de la era Pos-moderna
Corría el año 2008 y no era nada nuevo una película inspirada en súper héroes. Esta vez tocaba un gran proyecto de Marvel con un personaje popular: Iron Man, de la mano de un renaciente Robert Downey Jr. Parecía que los efectos ya estaban lo suficientemente maduros para adaptar una película con altas dosis de tecnología, y después de los rebotes que estuvo dando esta producción (comenzando desde 1990 con Universal y terminando en manos de Marvel), llegaban por fin las aventuras de "El hombre de hierro" a la pantalla grande.Si podemos decir que Iron Man tuvo éxito fue en gran medida por el carisma de Tony Stark. Y es que, en medio de la escritura del guión, se enfocaron más a la acción que a los diálogos, por lo que la mayoría fueron improvisados. Y Downey Jr. le puso todo el carisma haciendo suyo al personaje de Tony Stark. Fue la primer pieza del rompecabezas que años más tarde se haría realidad con Los Vengadores, aunque resulta curioso, saber del propio productor Kevin feige, que la escena final, donde aparece Nick Fury -interpretado por Samuel L. Jackson- en realidad sólo había sido grabada como una referencia más al universo Marvel y no como un plan para filmar The Avengers. Fue tal la respuesta del público, que en el mismo año, cuando se estrena The Incredible Hulk -la de Edward Norton- piden al mismo Downey Jr. protagonizar la escena final, y entonces sí, dar luz verde a la iniciativa Vengadores.
Jeff Bridges como el antipático Obadiah Stane y Gwyneth Paltrow como la siempre fiel "Pepper" Potts complementan un reparto de lujo en el que hasta el mismísimo Jon Favreau se da su tiempo para aparecer en pantalla.
Entretenida, llena de acción, respetando el orígen del personaje pero en tiempos modernos y con un Stark más que carismático, Iron Man se posiciona como una de las mejores películas de super héroes de la casa Marvel y pasa a la historia como esa película que realmente daría el boom a este tipo de adaptaciones.
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