Revista Cine
Director: Gaspar Noé
Llego a mi casa y constato que no soy bueno haciendo flanes, pero por muy aguado que me haya quedado, me lo tengo que comer igual. Y no está malo, pero sin cuerpo la cosa no es la misma, claro que no... En fin, qué gusto cuando las putas semanas se acaban a mitad de semana, y vaya semana que han sido estos tres días, pero por suerte se podrá descansar algo los dos que quedan... con Noé, uf. Bueno, aprovechando que me he visto "Carne" y "Seul contre tous", sin mencionar el hecho de que el carnicero, infame protagonista de las mencionadas, también nos deleita con su presencia al inicio de "Irréversible" (lo cual le da un hilo conductor algo más específico a esta serie de visionados), y sumado a que tenía unas locas ganas de ver el segundo largo de Noé de nuevo, pues qué más decir, no habían razones para eludir tamaña responsabilidad.
Del final hacia el principio, una caótica e infernal noche la que viven Pierre, Marcus y Alex.
Aprovechando que aparece el carnicero, procederé a enmendar algo que he pasado por alto, y no a propósito, en las últimas dos entradas: la tremenda y descarnada interpretación de Philippe Nahon, que acá aparece al inicio para decirnos que finalmente se tiró a su hija, lo cual de todas formas ya sabíamos. Esa mirada suya, tan aterradora...
Pequeña confesión: debo admitir que desde que vi "Irréversible" por primera vez, y vaya que han pasado años, que le he tomado una pequeña fobia a los túneles peatonales subterráneos. Siempre que puedo, le digo a los demás que eviten usarlos, aunque uno nunca sabe: en la superficie también pasan cosas despreciables como la que Noé nos muestra en mitad del metraje.
Pensamientos sobre la estructura inversa del relato: primero, que es una lástima que Nolan haya estrenado "Memento" dos años antes, pues las comparaciones odiosas son inevitables, aunque, sobra decirlo, del todo equivocadas. Si en aquella cinta la estructura inversa se justificaba por la memoria de corto plazo de Guy Pearce, quien no sabía qué demonios había pasado diez minutos antes, lo que era ideal para que como espectadores fuésemos descubriendo el pasado en conjunto con el desmemoriado pobre diablo (además de otras secuencias que iban en orden cronológico y que de a poco armaban esos rompecabezas y rompepelotas que tanto gustan a Nolan, aunque no me quejo, debo decir que, con un visionado de quién sabe cuántos años, soy de los que gusta de "Memento", aunque ahora me dieron ganas de poner ello a prueba). Igual no es que el gran Nolan fuera el gran pionero, toda vez que un año antes Lee Chang-dong aprovechó la misma estructura para su "Peppermint Candy", aunque ahí la intención, más que un puzzle narrativo propiamente tal, se acercaba un poco a las intenciones de Noé en tanto se conforma una especie de exploración de la naturaleza del tiempo y la naturaleza humana misma. Y casi diez años antes Martin Amis sacó un libro llamado "La flecha del tiempo", el cual no he tenido la oportunidad de leer; a propósito, les recomiendo "Campos de Londres", otro fascinante experimento del británico al que puedo elogiar con propiedad. Ya, pero ¿en qué iba? Oh, sí, pensamientos sobre la estructura inversa.
Sobre la estructura como vehículo de un discurso filosófico, existencial o lo que sea, debo decir que "Irréversible" carece de la fortaleza y coherencia de "Seul contre tous" y "Carne", no porque lo que nos dice Noé sea tal o cual cosa o porque no quede claro, sino porque lo expresa con mayor torpeza, y que conste que me estoy refiriendo únicamente a lo de que "el tiempo lo destruye todo", porque lo de "la vida es una mierda" es indiscutible. La estructura funciona y es elocuente, pero en lo que tropieza Noé es en forzar a sus personajes a contar y explicar sus ideas y hasta la película misma, sin contar un bochornoso, extenuante y dilatado "debate" sobre la sexualidad de los protagonistas. A diferencia de su mediometraje y su primer largo, en los que Noé incluía con personalidad y valor narrativo sus ideas (sin complicarse la existencia: poniendo carteles que nos interpelan y nos escupen ahí donde más nos duele), acá intenta colarlas de manera más "natural", lo que a todas luces no le sale. Pero no nos desalentemos, pues también están los otros aspectos de la cosmovisión de Noé que se desarrollan con más naturalidad y fluidez, y los cuales, nuevamente, nos señalan que somos un chiste, una mala broma, y que eso de que somos dueños de nuestras vidas es una puta ilusión. Ahí la estructura inversa habla por sí sola, a través de esa sucia, fea e incómoda imagen audiovisual, y no mediante unos personajes planos que por sí mismos no transmiten nada.
Sobre los personajes, debo decir que lo que más lamento me causa es que el personaje que no es Vincent Cassel, es decir el filósofo de bolsillo, que durante gran parte del metraje parece ser la voz de la razón y la mesura, sea el que comete el segundo mayor acto de atrocidad (en la gloriosa secuencia del Rectum), y con una cara de odio impropia del inseguro que luego se nos revela. Es lo que nos dice Noé: ¿hasta dónde podemos descender, qué tan terribles podemos ser, qué tan ridículo es no saberlo? Y que al inicio nos encontremos y ahoguemos en una cruda espiral de violencia sin motivo conocido nos habla de la sinrazón que Noé trata de hacernos comprender. A mí me parece terrible y atemorizante.
Por último, vuelvo a elogiar el arte de la incomodidad que despliega Noé en cada cinta: el tipo sabe como meterse debajo de tu piel y molestarte aunque en apariencia no suceda nada... y es que puede que una onda de baja frecuencia esté causando estragos en tus pulsaciones venales y cerebrales, uno nunca sabe, claro que no...
Pequeño consejo: será fácil quedarse con un par de escenas específicas, pero es mejor ver a "Irréversible" como un todo. No será la película más redonda y compuesta de Noé, pero cumple su cometido y nos demuestra que este director sigue siendo capaz de causar estragos, que es como debe ser, maldita sea. Basta de escondernos debajo de nuestras sábanas...