Sir Isaac Newton (1642 – 1727)
Desde el siglo XVIII. Newton a sido considerado el primero y más grande de los científicos de la era moderna, un racionalista, alguien que nos enseño a pensar de acuerdo con los dictados de la razón fría y carente de emoción. Yo ya no puedo verlo bajo esa luz. Y no creo que pueda hacerlo nadie que haya estudiado con detenimiento los documentos contenidos en esa caja que guardo al partir de Cambridge en 1696 y que, pese haber sido en parte dispersados, han llegado hasta nosotros. Newton no fue el primer hombre de la Edad de la Razón, fue el último de los magos, el ultimo de los babilonios y de los sumerios, la ultima gran mente que contemplo el mundo visible e intelectual con los mismos ojos que lo hicieron quienes empezaron a construir nuestra herencia cultural hace casi diez mil años.
John Maynard Keynes, Lord Keynes, en una conferencia a la Royal Society de Londres, 1942.
¿Qué hizo que Lord Keynes hiciera esta pública y radical afirmación?
A mediados de julio de 1936, la casa Sotheby’s (Londres) puso en publica subasta el contenido de un baúl metálico lleno de manuscritos de Isaac Newton. La mitad de los lotes, sobre todo los que tratan de alquimia, fueron adquiridos por el economista John Maynard Keynes, coleccionista de textos científicos antiguos.
Cual no sería la sorpresa de Keynes al descubrir, en aquel baúl, la naturaleza de los textos alquímicos de Newton. Esos textos, redactados a lo largo de su vida, compilan y estudian los escritos de siglos anteriores; mediante un vocabulario abstruso y esotérico, describen unas operaciones más próximas a la magia que a la química.
Descubrimos a un Newton que pasó años involucrado con el oscuro mundo de la alquimia, entregado a la búsqueda ocultista de la piedra filosofal, y que estudio la cronología de la Biblia convencido de que ésta le permitiría predecir el apocalipsis que estaba por venir. Un estudioso cuasi-místico, fascinado por los rosacruces, la astrología y la numerología, que creía que Moisés conocía la teoría heliocéntrica de Copérnico y su propia teoría de la gravedad. Una generación después de la aparición de su libro Principia Matemática, Newton aún se esforzaba por descubrir la forma exacta del Templo de Salomón, al que consideraba “la mejor guía para conocer la topografía de los cielos”.
Luces y sombras de uno de los más importantes científicos de todos los tiempos.
Templo de Salomón dibujado por Newton.
Fuentes: Investigación y Ciencia Temas Nº 50 Newton. Ideas. Historia intelectual de la humanidad. Peter Watson. Crítica, 2007.
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