Isabel I de Castilla : importante figura femenina de la historia de España

Isabel como reina
El 13 de diciembre de 1474 Isabel I es coronada reina de Castilla en Segovia. Fue una buena soberana una vez que se asentó en el gobierno, y tomó las riendas del país, antes que su esposo, quien resultaba ser más una pieza complementaria. Se mostró desde siempre como una mujer segura de sí misma y firme en sus decisiones. Estaba dispuesta a liberar su patria totalmente del dominio de los moros y en efecto así lo hizo, luchando incansablemente para tal fin. Por otro lado,  recibió a Cristóbal Colón por entonces, prometiéndole que se encargaría de darle la atención necesaria a su propuesta, una vez retomada toda España. No fue lo único que acaeció durante su régimen, pues también instauró la Santa Inquisición en el año 1480. Doce años más tarde, unificó religiosamente la corona de España, expulsando a los musulmanes y los judíos.

Ese mismo año, le da a Cristobal Colón todos los  fondos, poniendo todas sus esperanzas en dicho viaje.  En efecto, todo cayó en su lugar y Colón llegó a América. Más tarde, ante esta buena nueva, se firmó el Tratado de Tordesillas. Los tesoros traídos por los barcos españoles pudieron salvar a la corona del desastre y con el tiempo permitió que España, con el predominio de Castilla, se lanzase a otras guerras en el continente, como los continuos roces que tenía con Italia, por señalar un ejemplo. Los logros de ambos soberanos no fueron desconocidos, en especial por el Papa, quien vio con agrado cómo Castilla, Aragón, y otras casas; se habían unido fortaleciendo aquellos lares de infieles; sumado a la importación del catolicismo al Nuevo Mundo, y la lucha contra la herejía gracias al Santo Oficio de la Inquisición, que en un futuro podía representar España como un país fuerte y ultra-católico. Claro está también otras virtudes consideradas católicas como la expulsión de moros y judíos de España, fueron aplaudidas por el Papa. Por esto recibieron el cariñoso título de Reyes Católicos.

Sin embargo, a pesar de que Isabel se mostró como una de las figuras femeninas más importantes y descollantes de toda la historia, cuando ya andaba iniciándose la Edad Moderna, su gobierno y/o vida no estuvo exenta de algunos fracasos. Uno de ellos fue quizá el trágico destino que le deparó a muchos de sus hijos y nietos que por poco e hicieron tambalear la esplendorosa España que a ella y a Fernando les había costado trabajo construir. Una de ellas fue Juana la Loca, quien  padecía de trastornos mentales; su nieto Miguel muerto prematuramente y en quien había depositado sus  esperanzas de que unifique los reinos de España y Portugal; su hija Catalina en Inglaterra sin un buen futuro luego de la rápida desaparición de su esposo inglés.

Muerte

Isabel murió relativamente joven, a los 53 años, exactamente el 26 de noviembre de 1504 en el Palacio Real de Medina del Campo en Valladolid. Al parecer tantas obligaciones en el gobierno desgastaron su cuerpo y la llevaron a la tumba rápidamente,  con la satisfacción de haber cambiado su país para siempre. No en vano, ella y Fernando reciben el título de los historiadores contemporáneos como 'los formadores de la España moderna'. Y no es para menos. A esta soberana fuerte e irreductible, muy cercana a la Isabel inglesa que derrotó a la Armada Invencible en cuanto a carácter y personalidad se refiere, de ojos azules y cabellos dorados, le llegó la hora cuando el cáncer de útero la hizo padecer una terrible agonía. No quiso grandes exequias y cuando exhaló su último suspiro dejando a su esposo viudo, se le dio una cristiana sepultura bastante sencilla.  Su cuerpo actualmente descansa en la Capilla Real de Granada.
Su testamento tampoco dejó de sorprender, pues sugirió empresas tan osadas como la de colonizar el Norte de África para evangelizarlo, sin embargo, los religiosos estaban tan ocupados con América, que este objetivo fue pronto olvidado. Otro de sus puntos resaltantes fue la política frente a los indios, que le granjeó gran fama en su época y la posteridad. En efecto ella y Fernando prohibieron la explotación y esclavización de los indios americanos, que más tarde desembocaría en parte en las Leyes de las Indias. Si bien esto no fue obedecido, fue algo bastante respetable para la época y que limpia un poco su nombre con respecto a las atrocidades, genocidio y xenofobia que sí mostró con respecto a judíos y musulmanes.

Escrito por: Joaquín Toledo, especialista en historia del mundo, historia antigua y  con amplia experiencia en investigaciones sobre conflictos bélicos.