A 8 horas en coche del castillo de Windsor se encuentra el castillo de Glamis, la residencia en la que la reina Isabel II vivió antes de que su padre Jorge VI se convirtiera en rey. En este enclave escocés del norte de Reino Unido, en Edimburgo, la recientemente fallecida reina de Inglaterra pasó parte de su infancia con la Reina Madre e incluso allí nació su hermana pequeña, la princesa Margarita .
El majestuoso castillo se encuentra rodeado de frondosos y verdes jardines y su construcción impone a primera vista desde el exterior, pero es su interior el que más respeto se ha ganado siendo fuente de historias y leyendas que lo sitúan como una de las construcciones más misteriosas de la historia británica.
Antes de ser residencia de la corona británica ya estaba impregnado de relatos de brujería y hechizos. Cuenta la leyenda que a Earl Beardie, un conde conocido por su afición al juego y a las apuestas, lo incendió el demonio en una de sus estancias. Dicen también que la mujer de gris (Janet Douglas) fue encerrada y quemada en la hoguera por supuesta brujería y que desde entonces se pasea su fantasma por el castillo.
En sus jardines, en los que se necesita más de una hora para poder recorrerlos por completo, existe un cementerio de mascotas en el que descansan los diferentes animales que pertenecieron a las familias que vivieron en Glamis: desde perros hasta cobayas.
Si además una historia se ha hecho famosa, además de las que también Shakespeare narra en su obra Macbeth , esta es la del monstruo de Glamis. Las versiones son varias, pero la más repetida cuenta que cuando en 1821 nació el bebé de los condes que vivían en este castillo por aquella fecha, sus padres decidieron encerrarlo vivo en los escondites del castillo y dejarlo allí para siempre. La causa: haber nacido con deformaciones. Desde entonces se dice que en este enclave vive el 'monstruo de Glamis' y que cada nuevo habitante debge VIe visitar la habitación escondida en la que fue encerrado para poder vivir allí.
No es de extrañar entonces que Isabel II decidiera mudarse al castillo de Windsor y que elija como destino de vacaciones y como residencia de verano otros lugares, entre las que no se encuentra el castillo de Glamis. Además, este mismo año su primo Simon Bowes-Lyon, conde de Strathmore y Kinghorne, fue acusado y encarcelado por violar a una mujer en el mismo castillo.
Ahora, este castillo se encuentra abierto al público durante todo el año y se puede comprar las entradas para visitarlo y conocer tanto sus estancias como sus místicas y espeluznantes historias por un precio mínimo de 45 euros.