España siguió siendo en 2022 el segundo exportador mundial y líder europeo en producción en el sector porcino, con un volumen de 2,93 millones de toneladas por un valor de 8.279 millones de euros. Un año muy convulso para el sector marcado por la invasión rusa de Ucrania, la subida abismal de los insumos y suministros, la inflación y el temor a la propagación de la peste porcina africana. Las consecuencias no se han hecho esperar, la actividad, tras diez años de crecimiento, ha experimentado un ligero retroceso en producción, en exportaciones y en el mercado interior.
El censo de ganado porcino cuyo ritmo de crecimiento era cercano al 4 % anual en los últimos años se ha interrumpido y ha caído en un1 % en el número de animales a finales de 2022. La reducción de la cabaña y los altos precios están perjudicando el mercado interior y las exportaciones. 2023 se presenta como un año de inflexión lleno de incertidumbres que obliga a la reflexión y rediseño de estrategias sectorial que fortalezcan la sostenibilidad, bienestar animal, innovación y rentabilidad. Las explotaciones han de ser rentables y viables no solo desde el punto de vista ambiental sino también económico, de ahí la necesidad de apostar de manera constante por implementar nuevas soluciones eficientes que mejoren su diseño y funcionamiento, que sean rigurosa y que cumplan y garanticen las exigentes normas europeas en materia de estándares de sanidad, bienestar animal, seguridad alimentaria, protección medioambiental o salud pública.
En cuanto a rentabilidad, la energía es un tema prioritario, la eficiencia energética es clave en el sector porcino tanto por cuestiones de sostenibilidad, como por el coste y la dependencia energética. Es preciso innovar e implementar en sistemas energéticos renovables de producción que garanticen la calidad del producto final, el bienestar animal o la seguridad de los trabajadores. España posee un enorme potencial en recursos geotérmicos; si bien, su desarrollo y niveles de aprovechamiento es menor que en otros países europeos. Las bombas de calor geotérmicas, asociadas a sistemas de calefacción de suelo radiante, representan una solución efectiva para las granjas de madres donde el consumo de energía térmica para calefacción es considerable al reducir las pérdidas energéticas en las cadenas de suministro, minimizar su impacto medioambiental, disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero y por lo tanto incrementar significativamente la independencia energética. La apuesta por sistemas sostenibles no es una opción, es una necesidad para ser eficientes, independientes energéticamente y rentables.
La Geotermia es una energía renovable con un enorme potencial en el sector porcino al adaptarse al cambio climático y garantizar el cumplimiento de las normativas de sostenibilidad, minimizar los impactos ambientales, emitir menos emisiones de gases y menor dependencia energética. La energía geotérmica aplicada al sector porcino es costo-efectiva, renovable, confiable y sostenible. La Puritermia, desarrollada por ISBRAN es la forma de aplicar la geotermia al sector porcino que consiste, básicamente, en extraer el calor de las fosas de purines, refrigerar el purín y, así, reducir las emisiones generando un ambiente mejor para trabajadores y proporcionando bienestar a los animales.
Según ISBRAN, los sistemas basados en la captación del calor del purín para calefacción y refrigeración de Puritermia presentan los siguientes beneficios: ahorro energético, un ahorro que representa casi un 80% de la factura energética en calefacción; reduce la huella de carbono, la disminución en la emisión de CO₂ se traduce una menor dependencia energética al tener que contratar menor potencia fija eléctrica; sostenibilidad ambiental, las emisiones del interior de las naves, donde se refrigera los alojamientos de purín, se reducen hasta un 70%; bienestar animal en el interior de las naves, al reducir las emisiones en los alojamientos de purín, los animales respiran un aire de mayor calidad y tienen menos estrés ambiental y, por último, la responsabilidad social corporativa mejora, las personas que trabajan en las instalaciones de la granja lo hacen en un mejor ambiente.
La utilización de energías renovables, limpias y sostenibles junto con la reducción de las emisiones y el bienestar animal son pilares en los que ha de continuar trabajando el el sector porcino para ser innovadores, rentables y eficientes. En este sentido ha trabajado el Grupo Europeo de Reflexión sobre la Carne de Porcino ha entregado un informe final a la Comisión Europea el 18 de enero de 2023, por su parte el comisario ha afirmado que "se dedicarán al menos 7000 millones de euros (MEUR) a mejorar el bienestar y salud animal ". La Comisión está revisando la legislación sobre bienestar animal y trabaja para avanzar en sistemas de producción porcina más sostenibles, respetuosos con el medio ambiente y los animales. También España, está trabajando en este tema, en marzo ha entrado en vigor el RD1159/2023 sobre bienestar animal que compila varias modificaciones de normas vigentes y crea algunas herramientas nuevas como el Plan de Bienestar Animal con el fin de garantizar el bienestar animal en las granjas y facilitar los controles oficiales. En estos momentos de incertidumbre, para mantener posicionamiento y el liderazgo, requiere de cumplimiento, innovación, competitividad y resiliencia. Necesita de apoyos y compromisos férreos administrativos y empresariales para fortalecerse con propuestas eficientes y rentables que garanticen la viabilidad del sector y reviertan la tendencia. Los retos del sector porcino en España son indiscutibles, más si cabe ahora en estos momentos de "encrucijada" donde ha habido una inflexión y cambio de comportamiento regresivo con un retroceso de la actividad y de la cabaña ganadera.
ISBRAN: Empresa española pionera en energía geotérmica dedicada al sector porcino, y especializada en dotar de sistemas de climatización a las granjas de maternidad y transición. ISBRAN ofrece una solución innovadora de climatización eficiente a las granjas porcinas que facilita ahorro en el consumo energético y confortabilidad para las cerdas y los lechones proporcionando una menor dependencia energética y una gran ayuda en la descarbonización por el menor uso de energía.