Isla de Perros, Homenaje muy personal al cine nipón

Por FerPerez

En una isla apartada de Japón vive una manada de perros que han sido allí confinados a causa de una enfermedad. Está propuesta ha sido hecha por el alcalde de Tokio que tiene a su cargo a un niño, que viaja a la isla en contra de la voluntad de su tutor, para buscar al perro que le asignaron como escolta y que ha sido trasladado a esa especie de campo de concentración canino, así comienza "Isla de perros" de Wes Anderson. Isla de Perros, Homenaje muy personal al cine nipón
Wes Anderson es uno de esos directores que si te enganchas a su forma de ver el mundo recibirás cada nueva película con ganas y alegría. Además ha sabido extrapolar sus historias al mundo de la animación con la maravillosa El Fantástico Mr. Fox y con esta nueva propuesta llamada Isla de Perros.Narrada a partir de una preciosa puesta en escena mediante stop motion, de nuevo demuestra que para contar buenas historias no es necesaria la alta tecnología. Se nota en cada fotograma lo artesano de la realización de la película, emocionan los colores y las texturas. La vida reflejada en los ojos de todos y cada uno de los personajes.

Las claras referencias al cine nipón también están presentes durante el metraje. Desde Kurosawa a Miyazaki se hacen notar en el que es ya el octavo filme del director canadiense. Y todo con estilo tan sutil, con ese sentido del humor inteligentemente bordado a la trama.

Isla de Perros, Homenaje muy personal al cine nipón

Cabe destacar el trabajo de doblaje y el espectacular plantel de actores y actrices que han ofrecido su voz para esta pequeña joya. Desde Frances MacDormand hasta Bryan Cranston, pasando por Scarlett Johansson o Bill Murray (juntos de nuevo tras aquella joya del cine indie que fue Lost in Traslation de Sofía Coppola) hasta esa intervención tan friki y mítica de Yoko Ono poniendole voz a la ayudante del científico que busca una cura para el virus que aqueja a los perros, por lo que parece que disfrutarla en su versión original es de nuevo muy recomendable.

Una magnífica propuesta que vuelve a confirmar que el cine de animación no es sólo para niños. Un viaje divertido y surrealista (y quizá la película más politica de su filmografía) nos enseña la injusticia del ser humano. Con un montaje trepidante que no te permite quitar la vista de la pantalla y esa música que recuerda tanto a la banda sonora de Los siete samuráis, la obra maestra de Kurosawa. Además es un dilema sin complejos que mezcla el japonés y el inglés y que no se molesta, en la mayoría de las ocasiones, en no traducir lo hablado en el idioma nipón. Pero es que tampoco hace falta porque las imágenes hablan por sí solas.Los que amén el cine de Wes Anderson la disfrutarán mucho y los que no lo sean deberían ir a verla para probar este viaje sin vuelta que supone ser seguidor de este genio loco.

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##check## Lo bueno

El stop motion y el humor.

##times## Lo malo

No es un film para todos, si no entras en el juego no la vas a entender.

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Ambientación 7.0

La oscuridad de la ciudad contrasta con la luz de la isla. El humano es el mal y sin el perro no hay vida es el mensaje, entre otros, que quiere contarnos la película.

Desarrollo de Personajes 8.0

Los personajes están bien definidos y muy bien desarrollados. Especial y diferente es la evolución de uno de los perros que acompaña al niño en la aventura.

Argumento / Guión 8.0

La trama va del cine político al humor más sutil y surrealista como solo Anderson sabe hacerlo. De hecho hay que estar atentos porque alguno de los chistes está tan sutilmente agregado a la trama que te hace parar a pensar para luego soltar una carcajada.

Banda / Sonora 8.0

Un homenaje claro y fascinante al cine nipón clásico.

Entretenimiento 8.5

No es una película para todo el mundo, pero todo el mundo debería verla por el mensaje humanista que lanza. Hace que mantengas el interés por la cantidad de detalles que aparecen durante su metraje.