Poco se ha hablado de Islandia. Poco se sigue hablando. El ejemplo islandés es justo el contrario del que “Los Mercados” han impuesto a Grecia, Irlanda y ahora a Portugal –mañana ya veremos—, lo que demuestra que hay otras salidas y que no hay sólo una única solución al problema: “Que los ciudadanos paguen la crisis provocada por Los Mercados, que son quienes imponen las condiciones”. Islandia representa la revolución, interesadamente, silenciada.
En la Europa del euro, la gran Europa, hoy los gobernantes pintan lo que Los Mercados quieren que pinten. En Islandia es el pueblo islandés el que decide. Una diferencia que no es sólo un matiz.
En primer lugar, cuando quebró el país, entre otras lindezas por culpa de bancos holandeses y británicos que compraron bonos a bancos islandeses, a unos intereses imposibles de pagar –algo así como los que compraron bonos a la Nueva Rumasa al 10%, pensando que se daban duros a pesetas—, el gobierno islandés tuvo que dimitir en pleno, ante las quejas y manifestaciones ciudadanas.
A continuación, se nacionalizaron los bancos y la Fiscalía emitió orden de busca y captura a los banqueros islandeses responsables de haber provocado el desastre. Algunos están en la cárcel, otros huyeron y están perseguidos por la Interpol.
Luego, los islandeses forzaron un referéndum para ver si se pagaba la deuda de los bancos. El resultado fue que más de un 90% de los islandeses votaron que no.
Más tarde, crearon un proceso democrático al margen de los partidos, donde ciudadanos, avalados por 30 firmas, se podían presentar como representantes de la Asamblea Constituyente.
Por último, esta semana Islandia, forzada por los bancos europeos, ha vuelto a votar sobre el pago de las deudas, y ha vuelto a rechazar el pago de los 4000 millones de euros que debe a los bancos holandeses y británicos. Aunque las condiciones en esta segunda consulta eran mucho menos leoninas, el pueblo islandés ha decidido que no está dispuesto a pagar las locuras de sus bancos.
Lo que demuestra que hay otra forma de afrontar la crisis, y es haciéndola pagar a quienes la han provocado.
En este país nuestro, ahí tienen ustedes a Botín, celebrando que las medidas del gobierno han sido buenas, pero que se necesita más contención de los salarios y que este año, su querido banco, volverá a tener récord de beneficios. Mientras, en Islandia están superando la crisis y el año que viene tendrán un presupuesto con superávit.
Como pueden apreciar, una ligera diferencia. En Islandia mandan sus ciudadanos, y en Europa, Los Mercados. Allí decide el pueblo, aquí nuestros gobernantes hacen dejación en favor de las instancias financieras. Democracia contra Plutocracia. Y así nos va, a ellos y a nosotros.
Salud y República