Revista Viajes
Archipiélago situado en la provincia de Pontevedra al noroeste de la península ibérica, en la boca de la ría de Vigo, formado por tres islas: Norte o Monteagudo, Del Medio o do Faro y Sur o San Martín, en nuestro caso recorrimos la isla del medio o Isla do Faro, que se encuentra unida a la Isla do Monteagudo por una escollera y la playa de Rodas, al subir la marea, el agua pasa entre las dos islas por la cara oeste y, taponada por la playa, se llena la albufera formada entre el arenal y las rocas, cosa que pudimos observar, impresiona la fuerza del mar sobre la escollera. Fueron declaradas parque natural en 1980, y están incluidas en el Parque Nacional delas Islas Atlánticas de Galicia, creado en 2002.
Llegamos a la isla tras unos cuarenta y cinco minutos de viaje en barco, en nuestro caso con la naviera Mar de Ons, a medida que vas llegando se va haciendo más visible la isla, aparece espectacular en el horizonte con el faro en su punto más alto. Para pasar un día recorriendo la Isla do Faro, la primera parte de manos de una guía de la naviera para luego recorrerla por nuestra cuenta, apenas dos centenares de personas en la isla. Se pueden hacer un par de rutas marcadas con los colores verde y naranja, con un punto de enlace entre ellas. La naranja te lleva hasta el faro, punto más alto de la isla y desde donde las vistas son verdaderamente maravillosas, la verde te recorre la isla por la parte mas este hasta el embarcadero.
Su formación geológica es de finales del Terciario, cuando se produjeron los hundimientos de algunas partes de la costa, con lo que penetró el mar y se crearon las rías. Todas las islas atlánticas son las cumbres de las sierras costeras que quedaron parcialmente bajo el mar y están formadas casi en su totalidad por granito de dos micas. La cara se encuentra a cubierto de la fuerza del atlántico con playas de arenas finas con dunas, la cara oeste con formaciones de acantilados golpeados por la fuerza del mar.
El bosque es el que ha sufrido las mayores alteraciones, pues han desaparecido especies autóctonas como la higuera y otras como el rebollo han quedado reducidas a áreas casi testimoniales, al haber repoblado con pino y eucalipto casi una cuarta parte de la superficie del parque, aunque ahora están dedicados a tareas para eliminar el eucalipto y reintroducir las especies autóctonas.
La isla ha estado habitada durante toda la historia, en la edad del bronce, en época romana o los suevos pasaron por la isla. Pero es en la edad media cuando es habitada por comunidades religiosas, benedictinos y franciscanos, prueba de ello queda el convento de San Estevo. Fue lugar de llegada de los piratas tunecinos, turcos y la armada inglesa, ya en el siglo XVIII se comenzó a abandonar la isla. En el siglo XIX se repuebla la isla conformándola como fortificación, y para después de la llegada de pescadores y ganaderos, así como la construcción del faro, la isla tomase otra función. Hasta 1960 cuando se produce la despoblación definitiva. Hoy día solamente viven en la isla los guardas y encargados de su conservación, existe un camping donde puede reservarse plaza, aunque hay limitaciones en la isla tanto de personas que pueden acceder (máximo tres mil en época alta) como de actividades a realizar.
Todo esto hace imprescindible una visita a las Islas Cíes.
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